SAL AL BOSQUE Más defensas, más suavidad
No siempre hay que recurrir a aceites, aromas o infusiones para beneficiarte del poder de la naturaleza. Practica la biofilia, la energía verde por contacto. El aroma de la floresta. “En el bosque se respira un cóctel de sustancias bioactivas que estimula las defensas, disminuye la adrenalina y dispara la producción de proteínas anticancerígenas”, dice el biólogo Clemens Arvay. El agua de lluvia. El acondicionador actúa formando iones que neutralizan la carga electromagnética de la queratina del cabello, lo que aporta suavidad y brillo. “El agua de lluvia está cargada de estos iones. Si aclaras con ella el pelo, quedará suave y brillante”, dice Lotte Tisenkopfa, creadora de Mádara. Eso sí: ha de ser agua “recogida en un ambiente limpio, como el campo o el bosque”.