Desearás estar ENTRE ALGODONES
Barcelona, 1882. El arquitecto Elías Rogent observa orgulloso su último trabajo: una construcción de estilo ochocentista situada en plena Gran Vía condal, en la que quedan reflejadas las tendencias venidas de París, Londres o Bruselas; y que, 50 años después de su inauguración, se convertirá en la sede del Gremio de Algodoneros. Anécdotas, recuerdos y vivencias, con más de un siglo de solera, que han servido de punto de partida para que el interiorista Lázaro Rosa-violán imagine la decoración del Cotton House Hotel; actual inquilino de este emblemático edificio.
Consciente de la importancia de salvaguardar su legado y recuperar el brillo de sus mejores años, el estudio decidió incluir en la decoración elementos originales como la escalinata de mármol, las pinturas al fresco, las boiseries o los artesonados, mármoles y parqués. Una labor, a medio camino entre la arquitectura y la investigación que, junto a las diferentes áreas de las que dispone el edificio (una terraza de 300 m2, una biblioteca, un restaurante, una sastrería...), convierten a este hotel cinco estrellas –de apellido Marriott– en una de las joyas más preciadas de la ciudad.