CADA VEZ MÁS QUE PERDURE
siempre interés por el diseño de moda, no me decidí hasta que lleg ué a Madrid y conocí a un grupo de amigos que trabajaban en ello”, recuerda.
En su carrera cuenta el haber trabajado con dos de los grandes nombres patrios: Amaya Arzuaga y Ángel Schlesser, dos sellos muy distintos entre sí de los que el artista aprendió el significado de palabras como esfuerzo y tesón.
Rompiendo las reglas. Dicen de Manémané que es el nuevo Vetements. Y lo cierto es que el artista admite algunos puntos en común con la etiqueta de Demna Gvasalia. “Se han formado en las mejores escuelas y han trabajado para las mejores marcas. Saben cómo quieren posicionarse en el mercado y cómo afrontar la situación de cambio que está experimentando la industria. Por otro lado, me parece algo muy interesante que la dirección creativa de sellos tan insignes como Balenciaga o Loewe la esté ocupando gente tan joven y con ideas tan revolu- cionarias como Demna Gvasalia y JW Anderson. Me hace creer que esa posibilidad existe también en España, la recuperación de marcas estancadas capitaneadas por gente joven con una nueva forma de entender la moda.”
Miguel Becer reinterpreta la feminidad en sus colecciones y construye un nuevo concepto que se aleja de lo sexy, tan tradicionalmente ligado a la mujer. “Nunca hasta ahora el género había tenido tanta importancia y, al mismo tiempo, ha importado tan poco”, explica. “Siempre he mostrado mi ropa sobre modelos femeninas, con lo que el espectador ha interpretado que era ropa para chicas. Pero a la hora de la verdad mi ropa se la han puesto chicos y chicas, modelos masculinos y femeninos, sin importar demasiado el género original”, asegura. La calle es la fuente de inspiración principal de Manémané, que trabaja para lograr que, más allá de las prendas en sí mismas, sean las ideas las protagonistas de sus colecciones. Su formación académica elabora un discurso que huye de palabrería fácil, de lo que es bonito o feo y se centra en una puesta en escena de calidad capaz de llegar al público. ¿El nuevo lujo? “Entrar en Gucci y comprar un abrigo para ser partícipe de esa maravillosa burbuja creativa. Pero también un viaje.”
“TENDEMOS
A COMPRAR ROPA