Glamour (Spain)

PRACTICA EL HYGGE EN CASA

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Según la autora, Charlotte Abrahams, todos podemos practicar hygge para conseguir nuestra propia felicidad. Toma nota de los siguientes puntos y no dudes en probarlos. Transforma una comida normal en un evento: “Esto no significa que conviertas un desayuno en una extravagan­cia, pero sí que dejes el móvil a un lado y te concentres en lo que comes y en la compañía”. Vuelve a pasear: “No lo hagas por hacer ejercicio, sino para que al menos una vez al día te tomes media hora y contemples lo que hay a tu alrededor”. Despiértat­e antes de tener que levantarte: “La idea es disfrutar de un tiempo en la cama antes de comenzar con la vorágine del día, ya sea para leer, hablar, escuchar música o hacer el amor”. Ponte una copa de vino y telefonea a un amigo: “En nuestra necesidad de ser multitask pensamos que charlar con los amigos puede ser una pérdida de tiempo, nada más lejos de la realidad”. Toma un buen baño: “La ducha es maravillos­a y muy ecológica, pero disfruta un baño al menos una vez a la semana, un break que te sentará muy bien”. Hyggeliza tus obligacion­es: “Tenemos que hacer tantas cosas al día que no es fácil encontrar tiempo para el disfrute, en ese caso transforma las obligacion­es en momentos hygge. Por ejemplo, escucha música mientras planchas”. de este término, en su origen noruego, los daneses comenzaron a desarrolla­r una política vital basada en la seguridad creada en los propios hogares y en la simplicida­d (que no austeridad) de los detalles. Una filosofía que ha llegado hasta hoy más desarrolla­da.

a comer juntos. Muy relevante es también la relación con nuestra comunidad, el 47,7% de los daneses vive solo (estadístic­as de 2013), sin embargo, los índices de soledad son bajos. En esto influye que en Dinamarca la política de urbanismo prima los espacios donde se pueda reunir la gente; pero también que intentan conocer a sus vecinos, se apuntan a clubs o hacen voluntaria­do.

En cuanto a la familia: mantener conversaci­ones agradables, fuera los temas polémicos como religión, política o crianza de niños; implicarse emocionalm­ente y estar al 100%; y no querer ser el protagonis­ta. La igualdad es primordial para alcanzar el hygge moment. familiares y en el caso de los daneses también. Sin embargo, hay varios factores que hay que tener muy en cuenta : cocina platos muy sencillos y naturales que no necesiten de demasiado esfuerzo ; comparte con los invitados las responsabi­lidades gastronómi­cas, lo suyo es que cada cual aporte algo ; no lo sir vas individual­mente, pasar las fuentes los unos a los otros es un gesto muy hygge; al ig ual que elegir mesas largas, pero estrechas, y sentar a tus invitados en bancos de manera que sus codos puedan rozarse y la sensación de comunión sea mucho mayor.

Y lo más importante: no puede faltar una tarta. Los daneses están muy orgullosos de ser los europeos que más pasteles consumen, dato que se relaciona directamen­te con el hecho de no sentirse culpable. Las dietas están fuera y los excesos, también.

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