ADOPTAR SIENDO
“Madrid. Todo tenía un objetivo : cubrir el plan de ahorro que me había propuesto.” Uno de los debates que se planea en la actualidad sobre este tema es si debe ser un proceso altruista o no. En Estados Unidos, la g estación subrog ada es l eg al desde hace 30 años y es el país más seg uro, pero también el más caro.
“Para una buena praxis tiene que estar reglado.”
Nacho no tiene duda de que tiene que haber una compensación económica que no debe verse como una cosificación del cuerpo de la mujer. “La persona que más se merece ese dinero es la mujer que ha gestado a Teo durante 9 meses. No veo mal que haya una compensación económica. Un donante de esperma o una donante de óvulos cobran, esto es igual. Además, en el momento en el que todo es legal, está reglado y regulado, se evitan mafias y dinero por debajo de la mesa. En Estados Unidos lo que se paga a la gestante no puede superar un tanto por ciento de lo que gana la unidad familiar y tienen que demostrar solvencia económica, precisamente para que no pueda dedicarse a esto. El resto del dinero es para pagar la clínica, la agencia y los abogados. La clínica pone clínicamente de acuerdo a la donante de óvulos, a la gestante y a mí; los abogados nos ponen en sintonía legal.”
Las heroínas de esta historia . En el caso de Nacho, han hecho falta tres intentos hasta conseg uir que Teo sea una realidad. Y ganas de tirar la toalla no han faltado, pero su deseo de cumplir el sueño de ser padre ha sido más f uerte. El primer embarazo terminó en parto prematuro de g emelos que al final no salieron adelante ; el seg undo, en un aborto antes de cumplir la meta del primer trimestre. Nacho es plenamente consciente de que gracias a las g estantes él tiene a Teo hoy en sus brazos y se esfuerza por expresar y agradecer el gran reg alo que le han hecho. “La primera gestante es una le ona. Es una madre soltera cuya hermana había podido ser madre gracias a la g estación subrogada, así que le prometió que ella , en agradecimiento por el sobrino que tenía , haría l o mismo para un tercero y que el dinero iría destinado a pagar la universidad de su hijo. Ellas se sienten útiles y lo hacen voluntariamente. Sé que hay países en los que no es así, pero precisamente con la le y se evita utilizar a las mujeres para esto. Para mí, todas estas mujeres son heroínas. La mujer que dio a luz a Teo es superwoman, no me cabe la menor duda y no me canso de agradecerles el gran trabajo que hacen y la enorme dignidad y g enerosidad que muestran cuidando de nuestros hijos durante 9 meses.”
Nacho habla varias veces sobre el vínculo tan estrecho que se crea con la gestante con la que mantiene una relación libre hasta el día de hoy. “El proceso es tremendamente natural. Yo podía llamarla y escribirla cuando quisiera . Los días antes de nacer Teo la acompañé al médico y ayer mismo le mandé unas fotos por email. Espero que venga a España pronto con toda su familia”, comenta. De hecho, el arranque del proceso comienza cuando la gestante le elig ió a él y no viceversa. “La gestante es la que elige con quién hacerlo, ella tiene un gran poder de decisión. Tu historia y tus motivos son los que le hacen escogerte a ti y no a otro.”
¿Por qué viajar miles de kilómetros ?
Nacho está contento porque en España se están consig uiendo muchas pequeñas cosas. Un par de días antes de esta entrevista, el Tribunal Supremo reconocía el derecho de los padres por gestación subrogada a disfrutar del permiso de maternidad. “No es un derecho que tengo yo, es un derecho de Teo de estar con su padre. Es muy necesario porque necesita el apego. Creo que un bebé muy dependiente genera adultos más independientes y seg uros de sí mismos.”
Una buena noticia para él, aunque no exenta de incongruencia teniendo en cuenta que
ES CASI IMPOSIBLE SOLTERO Y GAY. OPCIÓN” NO ES UNA
Teo tenía que nacer el 24 de agosto, pero el día 11 Nacho recibió una llamada. “La gestante subrogada ha empezado a tener contracciones.” Así, Nacho se plantó en L.A. con su madre –acompañante física y emocional durante todo el proceso–. “Ha sido un viaje increíble, muy emocionante. Al final, se retrasó un poco así que intentábamos pasar los días acompañándola al médico y siendo partícipes del proceso. Mi madre me decía: ‘Esta noche nos llaman’, pero al final no pasaba... Cuando llamaron por fin estaba nervioso porque es raro estar en una sala de partos con la gestante, su marido y tú, esperando para tener a tu hijo. Ellos lo hicieron súper natural.”