Karlie Kloss SEXY & HAPPY
Su vida transcurre entre vestidos de alta costura, clases de programación, galletas y likes en Instagram. Es una rebelde con causa, como la nueva Good Girl de Carolina Herrera.
Cookies, selfies... Nuestra cita con Karlie Kloss tiene algo de fiesta de pijamas. La supermodelo (Chicago, 1992) nos recibe en un lujoso apartamento del Upper East Side de Manhattan y rompe el hielo ofreciéndonos una galleta que ella misma ha horneado. Es divertida y risueña. Tan familiar como esa vecina del quinto que no duda en llamar a tu timbre cuando se le acaba el café. Esa misma noche cenamos con Karlie. La velada se prolonga en un ático fabuloso sobre ese Nueva York que nunca duerme y descubrimos que la top también tiene un lado sexy y carnal. La chica buena se convierte en chica mala. Es la perfecta Good Girl, como el nuevo perfume de Carolina Herrera del que es imagen. GLAMOUR: El eslogan de la campaña dice “Es bueno ser mala”. ¿Tú también tienes esas dos caras? KARLIE: Sí, creo que bajo mi imagen se esconden ambas personalidades. Como modelo tengo que ser camaleónica, interpretar a diferentes personajes. Es algo que me encanta de mi trabajo. También he visto esa dualidad en la propia Carolina Herrera : es una mujer sofisticada, icónica, pero cuando la tratas de cerca conoces su lado rebelde y divertido. Me encantan sus fotos de juventud en Studio 54, reflejan
que junto a su sofisticación tiene un lado descarado. GLAMOUR: ¿Tus cualidades de “chica buena”? KARLIE: Soy muy trabajadora y siempre intento ser amable y generosa, dar lo mejor de mí misma. Pero ser una buena chica no es sólo limitarse a comportarse según las normas: también consiste en ser inteligente, ser genuina... Sumar virtudes sin dejar nada fuera : amabilidad, ingenio, perspicacia, capacidad de trabajo, personalidad... Esa suma es lo que hace que una mujer sea interesante. GLAMOUR: Eres modelo, tienes una empresa de repostería, Karlie’s Kookies... ¿Con cuál de tus trabajos lo pasas mejor? KARLIE: A veces creo que tengo demasiados frentes abiertos, pero es que todos me motivan. Estudio programación, a lo que me enganché porque me intrigaba saber cómo funcionan los dispositivos y aplicaciones digitales que usamos constantemente. Y la repostería es mi pasión. Aprendí a leer devorando libros de recetas con mi abuela. Me apasionan el arte y las ciencias, y entiendo la repostería como una conjunción de ambos mundos. Lancé Karlie’s Kookies para recaudar fondos para financiar menús en comedores escolares de niños desfavorecidos y ya hemos donado más de un millón de menús. Me encanta estar ocupada. GLAMOUR: Eres la tercera modelo mejor pagada del mundo según Forbes. ¿Te sientes tan poderosa? KARLIE: Mi carrera como modelo comenzó por azar. A los 13 años, un scout de una agencia me fichó en unos grandes almacenes. Se acercó y me dijo: “¿Alguna vez te has planteado ser modelo?”. Jamás lo había pensado. Y de repente, a los 15, estaba desfilando en las semanas de la moda. Carolina Herrera fue la primera diseñadora para quien abrí un desfile, fue un día muy importante. Soy muy tenaz, tengo la típica determinación de la gente del medio oeste, así que cuando el scout me lo propuso me lancé, sabía que era una oportunidad genial para conocer el mundo. En cuanto a lo que tú llamas poder, intento utilizar mi proyección pública para ayudar a otras personas. Admiro a Melinda Gates y a Christy Turlington, que han usado su imagen para lograr pequeñas conquistas que hacen del mundo un lugar mejor. GLAMOUR: En las redes sociales, ¿cuáles son tus límites a la hora de mostrar tu vida privada? KARLIE: Creo que en esto tiene que ver el grado de con- “Ninguna mujer es sólo madre o sólo amante”, nos dice Carolina Herrera de Báez. Todas tenemos esa dualidad. Good Girl (109 €) es para una mujer elegante que no renuncia a su lado divertido, a la aventura... Lo logra con el equilibrio dulce-picante: jazmín, nardo, haba tonka, granos de cacao y café tostados.