Editorial Por Alicia Parro
La semana del 24 al 30 de abril se celebra la Fashion Revolution Week a nivel mundial. Reivindica la tragedia del hundimiento de la planta textil Rana Plaza en Bangladés en 2013, donde miles de trabajadores confeccionaban ropa en condiciones miserables, movilizando a los consumidores. Este año sugiere que subas una foto a redes sociales enseñando la etiqueta de la prenda que vistes y preguntes, #whomademyclothes.
La defensa de un modo de producir moda, respetando derechos sociales y también de forma sostenible en cuestiones de medioambiente es la nueva gran tendencia en el sector. Liderada por grupos poderosísimos como Kering , comandado por François-henri Pinault, que ha presentado durante los shows de costura su plan de sostenibilidad para reducir emisiones de carbono o teñir pieles con procesos libre de metales, junto con otras muchas iniciativas. Aunque a veces se acusa a estas declaraciones de formar parte de estrategias de imagen greenwashing, es un camino en el que las compañías deben avanzar. Cada vez más consumidores demandan moda sostenible porque vestirla define su personalidad y los valores que persiguen. Los millennials son la primera generación green, dispuesta a pagar más por un producto sostenible, incluso a denunciar a las marcas de moda que no son conscious. En este número de abril dedicamos una gran cantidad de artículos a abordar este tema, recogiendo testimonios de personajes como MarieClaire Daveu, directora de sostenibilidad de Kering ; el diseñador español Moisés Nieto, cuyas colecciones, también la masculina Dos Studio, se realizan en gran parte con material reciclado, o la emblemática diseñadora británica Vivienne Westwood.
Más allá de la moda, la Guía de belleza trata sobre cosmética natural y sostenibilidad; en la entrevista con Clea Newman hablamos de solidaridad y de agua, y en nuestras escapadas contamos con los testimonios de dos españolas dispuestas a salvar orangutanes y elefantes. No es tanto cómo vistes, primero es cómo eres.