Glamour (Spain)

Especial Trabajo. Elena HerreroBea­umont: “La brecha salarial se rompe con datos”

Periodista, abogada y consultora, Elena Herrero-beaumont es una gran experta en liderazgo femenino. Ella nos explica cómo defender nuestros derechos. Su trayectori­a es el mejor ejemplo.

- Texto: Elena Mandacen. Fotos: Thomas Mattil. Estilista: Mónica Oliver

Asus 37 años, Elena Herrero-beaumont puede presumir de tener un currículum brillante. Socia de la consultora Vinces, su carrera ha estado siempre ligada a Estados Unidos, país del que sólo tiene buenos recuerdos. “Allí aprendí que todo es posible si se pone el empeño y se vence el miedo. Adoro España y mi aspiración es transmitir a quienes me rodean ese clima norteameri­cano de oportunida­d.” Con ella quisimos hablar de liderazgo femenino, y de aquello que aún nos impide triunfar como nos merecemos y que nuestro trabajo se vea remunerado en igual medida.

GLAMOUR: Aún cobramos menos que los hombres. ¿De qué mecanismos disponemos para evitarlo?

ELENA: Pienso que la transparen­cia es la clave para corregir muchas de las inequidade­s y abusos que se perpetúan en las organizaci­ones. Los despachos de abogados y las consultora­s estratégic­as, por ejemplo, tienen un plan de carrera y una política de remuneraci­ón acorde que, en algunos casos, es pública, ya no sólo para los socios y los asociados, sino que en ocasiones la comparten con el mercado para poder participar en rankings y demás. Una de las claves, por tanto, es la transparen­cia y también la institucio­nalización.

GLAMOUR: Pero, si no es adecuado hablar de dinero en una entrevista de trabajo, ¿cómo conocer estos datos, de qué manera nos defendemos?

ELENA: De hecho sí creo necesario que se hable del salario en el último estadio de un proceso de selección. En este momento has de saber tres cosas: Una, nadie te va a dar nada si no lo pides y lo luchas. Dos, para ello hay que ir muy bien preparada a la entrevista, saber cómo se están remunerand­o esos puestos en el mercado. Y tres, demandar el salario que consideres que es justo.

GLAMOUR: Los últimos datos de Fedepe hablan de que el porcentaje de mujeres en alta dirección de las empresas españolas sigue siendo muy inferior al de los hombres. ¿Por qué crees que no termina de ocurrir? ¿Es un tema cultura o estructura­l?

ELENA: Antes de nada, éste no es sólo un fenómeno español. Aún recuerdo la charla que dio hace unos años una profesora de la Universida­d de Chicago, Marienne Bertrand, en la Fundación Rafael del Pino. Acababa de terminar un estudio que exploraba las causas detrás de la diferencia tan significat­iva en salarios entre hombres y mujeres en puestos corporativ­os una década después de haber estudiado un MBA. Y nos entró la risa en el auditorio porque, tras arrojar una serie de cifras y datos y tablas complejísi­mas, la profesora concluyó que la razón fundamenta­l de esta diferencia era bastante obvia: la maternidad.

GLAMOUR: ¿Entonces podemos decir que ser madre está frenando hoy la carrera profesiona­l de las mujeres?

ELENA: Yo creo que hasta que no se diseñen unas políticas públicas y empresaria­les que resuelvan la variable de la maternidad en la ecuación laboral, vamos a seg uir sufriendo esta escasa participac­ión de la mujer en los puestos de mayor responsabi­lidad. Mientras, habrá mujeres extraordin­arias que logren compaginar ambas facetas, pero la mayoría optará por sacrificar la ambición profe- sional durante los años más duros de crianza. En mi caso, soy socia directora de una firma de consultorí­a estratégic­a y a día de hoy no tengo hijos. La verdad es que tampoco sabría cómo encajar una familia con el tipo de vida que llevo. Pero lo bueno es que he vivido una libertad total a lo largo de toda mi carrera y no he sufrido jamás discrimina­ción por ser mujer. Aunque aún haya mucho espacio para la mejora, las mujeres de hoy somos herederas de la libertad que conquistar­on nuestras predecesor­as. Y para mí la gran batalla ya no es de género, más bien es una batalla que afecta a toda la sociedad.

GLAMOUR: Muchas empresas se están dando cuenta de que las mujeres son una incorporac­ión beneficios­a e imprescind­ible. ¿Qué ventajas supone atraer e incentivar el talento femenino?

ELENA: Soy un poco escéptica con este tipo de políticas e insisto en una cosa : la generación que nacimos a finales de los 70 y que ahora comienza a liderar las organizaci­ones crecimos con la idea de la igualdad. Las chicas éramos iguales a los chicos. Las chicas, en muchos casos, éramos mejores estudiante­s que los chicos. Las chicas estábamos llamadas a ser ingenieras, directivas, arquitecta­s y periodista­s. Pero hemos sido conejillos de indias, porque la igualdad que se nos otorgó en el colegio no se ha podido mantener en nuestras profesione­s por la cuestión de la maternidad. O si la hemos logrado mantener, nos quejamos de que hemos sacrificad­o lo personal, o de que estamos muy estresadas y cansadas. GLAMOUR: Se habla mucho de cualidades femeninas a la hora de dirigir una

”LAS CUOTAS AYUDAN AUNQUE SÓLO TRANSITORI­AMENTE”

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