Westwood lucha por el clima
Vivienne Westwood es la verdadera rebelión.
Ha luchado por la concienciación del cambio climático, el fin del fracking o la energía verde.
CONSUMIR MENOS, ELEGIR BIEN, HACER QUE PERDURE”
Princesa de la subcultura punk en los 70, reina de la moda de Londres durante más de una década, dama del Imperio Británico desde 2006... Vivianne ha sido siempre, además de una verdadera genio, una suerte de pain in the ass para la, en ocasiones cuestionable, industria de la moda. Desde su nacimiento como una marca que se dedicaba básicamente al abastecimiento de los outsiders británicos hasta hoy, Vivienne Isabel Swire –tomó el apellido Westwood después de un fugaz matrimonio con su primer marido, Derek– ha utilizado la pasarela como escenario de su arte, pero también de su compromiso con las políticas medioambientales que traen de cabeza a los gobiernos desde finales del siglo pasado. “El status quo acabará matándonos”, comentaba la diseñadora hace unos meses. “La gente no se da cuenta de lo veloces que caminamos hacia una extinción en masa, una vez que la temperatura global suba más de dos grados, el final será imparable”, predecía en esa misma ocasión.
Abanderada de la ecorrevolución. La diseñadora, que elevó el tartán al cielo de la moda, ha tratado siempre de predicar con el ejemplo. Su lema “consumir menos, elegir bien y conseg uir que perdure” es aplicable primero a su propia compañía, hace unos años decidió disminuir su producción y concentrarse en la calidad de sus productos, en lugar de hacer crecer a la empresa, y a su vida personal después, es vegetariana convencida y defiende que el futuro del planeta pasa por el vegetarianismo de la población mundial. Además, la británica colabora con organizaciones como PETA o Greenpeace en su campaña Salvemos el Ártico. El pasado mes de enero, Dame Westwood presentó en Londres una colección reivindicativa que pedía a gritos, desde el lugar de honor que la moda le ha concedido, una mayor concienciación de la población. Ella misma explicó que el hecho de que todas sus piezas fuesen unisex respondía únicamente a una razón de ahorro y reclamaba a los gobiernos más responsabilidad hacia los ciudadanos. Sobre los modelos, mensajes que hacían referencias a Ecotricity, una eléctrica británica cuyas emisiones son eco y que en 1996 comenzó a exportar al mundo el modelo de Green Energ y; y a IOU, la organización que defiende que la posesión de recursos como el ag ua y la electricidad esté en manos de empresas que cumplan ciertos criterios de sostenibilidad. Toda una sucesión de ideas que sugieren compromiso y responsabilidad, más que moda o sólo preocupación por las tendencias estéticas. Ésa es su particular rebelión y lucha.