Abraza la belleza verde
Ser o no ser verde... La industria de la belleza y del lujo (y nosotros) nos rendimos ante la nueva cosmética eco. Sensorial, efectiva y consciente.
ELA BELLEZA NATURAL FACTURA 24 BILLONES DE EUROS
stán –estamos– por todas partes. No somos radicales del herbolario, pero adoramos lo natural. Queremos cosméticos con menos química y más ingredientes naturales, pero que huelan bien, con un frasco bonito... Y que no dañen el medioambiente. “La belleza natural factura 24 billones de euros en el mundo”, nos dice Macarena Berenguer, responsable de márketing de L’oréal Professionnel. “El segmento natural supone el 12% del mercado global de cosméticos”. Es el nuevo lujo. “Es bello proteger el medioambiente, apoyar a las comunidades, brindar seguridad a los trabajadores y ofrecer productos deseables y sosteni
bles”, reflexiona JeanPaul Agon, presidente de L’oréal. El grupo ha firmado un compromiso de sostenibilidad de cara a 2020: frascos de cristal reciclado, 7,3 toneladas menos de papel o reducir un 60% la emisión de CO . En concreto, 2 Lancôme ha mejorado el perfil medioambiental de Énergie de Vie firmando un acuerdo de precio justo con los productores de la melisa francesa que utilizan en su fórmula. “La belleza puede transformar el mundo en
un lugar mejor”, proclaman en Davines. Sus envases no tienen BPA y pueden reutilizarse como tuppers para la comida.
La cosmética abraza el veganismo. The Body Shop va más allá con una línea de perfumes sin crueldad vegetal. “Algunas de las plantas que contienen están en peligro de extinción. Extraemos su esencia sin causarles daño”. La planta no sufre, sigue viva. La ciencia reproduce su aroma. También creemos en el poder aspiracional de la cosmética. Deseamos rodearnos de cosas bonitas. Como las botellas de champú tipo smoothie, de R.A.W., de Biolage. O la línea Life, de Dior, con packaging de cartón reciclado e impreso con tinta vegetal, sin celofán ni prospectos.