Joan Didion ES CALIFORNIA
Hace algunas temporadas que Céline recuperó a la escritora y periodista de cuerpo menudo y mirada triste para una de sus campañas, pero lo cierto es que Joan Didion siempre ha estado presente en el imaginario de la cultura (de moda) contemporánea. Sus artículos para la edición americana de Vogue en los años 50, los guiones que escribía a cuatro manos con su marido, John, y cada uno de los libros que publicó hablan de una Didion siempre en relación con el mundo de la estética, pero no por ello restando un ápice de
seriedad a la consideración que se le tiene. El año del pensamiento
mágico –en el que retrata con maestría la repentina pérdida de su marido en los mismos días que su hija, Quintana Roo, agoniza de hospital en hospital– fue el libro que me hizo adentrarme en el particular universo de una escritora que no era especialmente guapa, pero sí tremendamente atractiva, discreta pero “disfrutona” y que ahora, ya octogenaria, muestra al mundo un rostro marchito y marcado por la pérdida y el cambio (“cómo tu vida cambia en un instante”), pero que emana respeto y perenne elegancia. Ella es la escritora que mejor ha descrito la tristeza, pero también aquella que retrató la cultura americana como nadie supo hacerlo, la que construyó su propia California. La suya.