BAJO EL CIELO DE PARÍS
La Ciudad de la Luz se llenó de magia gracias a la fiesta de la Alta Costura. Ganaron los looks de día, la tecnología aplicada a las prendas y las nuevas incorporaciones al calendario.
Monumental. No hay otro adjetivo que defina mejor y de forma más gráfica una de las citas más esperadas de la semana de la Alta Costura de París. Karl Lagerfeld es el único diseñador capaz de hacer realidad lo inimaginable, y ¿qué set podía crear que superara a los anteriores? La respuesta la tenía en la misma ciudad en la que Gabrielle Chanel abrió su primera boutique y en la que se convirtió en icono. Rendir tributo a París era su manera de devolver a esta ciudad todo lo que ella representaba para el mundo y hacerlo con la construcción de una torre Eiffel de 38 metros de altura fue su modo de materializarlo. “Es la visión de la mujer parisina”, declaró Lagerfeld tras el show. Mucho tienen en común hoy esta
estructura, símbolo de industrialización y vanguardia, con la mujer de la que habla el káiser de la moda.
Su visión se interioriza a través de un armario en el que la modernidad se consigue gracias a la reinterpretación de clásicos. “Esta colección se define a través de los cortes, las siluetas y las formas lineales y gráficas”, añade. El desfile se convirtió en un homenaje recíproco, de Chanel a París y de París al creador alemán, que culminó con la entrega de la medalla Grand Vermeil, la más importante condecoración de la ciudad, por parte de la alcaldesa Anne Hidalgo.
Apuesta por looks
de día. Si algo llama la atención mirando las colecciones de modo global es la clara intención de dar más importancia a los looks de día, algo que puede resultar extraño a priori hablando de Costura. Pero es una tendencia que lleva viéndose desde hace algún tiempo, y de modo evidente esta temporada, con el propósito de llamar a un público que también exige exclusividad fuera de la alfombra roja. Gabrielle Chanel fue una mujer que revolucionó precisamente ese momento de la vida de las mujeres y la colección subraya esos trajes de chaqueta con mangas globo, faldas rectas midi, botas altas y un sombrero a medio camino entre el bombín y el gorro marinero que tan característico fue de la propia Coco.
Avanza la semana en París y multitud de citas se agolpan en la agenda. No sólo varias firmas americanas como Rodarte o Proenza Schouler han decidido cambiar de
LAS MUJERES DE LAGERFELD PROYECTAN UNA ACTITUD PARISINA, ELEGANTE Y LIBRE
escenario para presentar sus colecciones y elegir la capital gala como nueva sede. Las citas para ver exclusivísimas colecciones de joyas se unen al habitual recorrido.
Mirando a la mujer global. Emulando un safari, como es el caso de Dior, o en una suerte de celebración navideña, como propone Jean Paul Gaultier, hay un interés por tomar a la mujer global como punto de inicio. En el caso de Dior, Maria Grazia Chiuri se agarra al lenguaje viajero de Monsieur Dior y deja que él, junto a la eterna chaqueta Bar, hagan un recorrido por una naturaleza salvaje –repleta de esculturas de animales realizadas por el artista italiano Pietro Ruffo–. Una mujer cosmopolita, exploradora y pionera en todo lo que hace invadió el espectacular set, que destacó por looks tailleur en contraposición con otros de noche, en donde Maria Grazia deja su particular sello de juventud etérea.
Por su parte, el francés Jean Paul Gaultier destinó su cita con la costura a hacer una fiesta navideña en la que no faltaron los guiños de humor unidos a sus claves de siempre y cuya propuesta estética incluye a todas las mujeres, de todos los países y de todas las décadas.
Lealtad en el front row. “La idea es dar con la frescura de las chicas inocentes, pero con un lado perverso.” Así se expresaba Giambattista Valli desde el backstage. De un lado, minivestidos con encaje y bordados, flores aplicadas, lentejuelas, macramé y vestidos de fiesta cortos, ¡cortísimos!, por delante y largos por detrás; del otro, su fiel séquito de celebrities.
MARIA GRAZIA SE AGARRA AL LENGUAJE VIAJERO DE M. DIOR
Todo ello se convirtió en un auténtico jardín en flor y una apuesta segura en el calendario. ¿Lo mejor? Los looks compuestos por fabulosas capas de tul en contraste con la bailarina plana.
Las otras ninfas de París, las de Valentino, se subieron a la pasarela aportándole una atmósfera sagrada, extraída de prendas como capas, siluetas alargadas y bordados. La colección se inspira en los retratos que Zurbarán hacía de cardenales, obispos o mártires y llevó más de 1.000 horas de trabajo a mano la confección de cada prenda.
Brillos en la vida real. Pensar en Costura es pensar en elementos que confluyan hacia algo único. Y ya sea de manera más terrenal u onírica, hay colecciones que utilizaron el brillo del metal como lienzo. Como Elie Saab, que imaginó una guerrera de fantasía y la llenó de bordados brillantes y vestidos de noche.
Por su parte, y en una versión más diurna, Giorgio Armani Privé hizo un ejercicio de contención en cuanto al color, dejando que todo el protagonismo se lo llevara una pátina de poético brillo metálico que daba forma visual con aplicaciones en relieve. Se nota el esfuerzo por incorporar tecnología a
la confección. Y es que hoy, la innovación tecnológica se liga también a la Costura.
Así, otra casa que toma la revolución tech como herramienta de trabajo es Atelier Versace. ¿Podría llamarse Atelier Versace vs. Predator? A juzgar por la propuesta estética, sí. La casa italiana no propone con ella una mujer sexy, aunque el resultado lo sea. En cambio, dibuja una mujer híbrido entre especie marina y terrestre, una suerte de anfibio extraterrestre. Esta vez, el más es más se palpa, conviviendo conceptos como futuro, 3D, artesanía o segunda piel, cuyo conjunto la convierte en una colección increíblemente especial.
Y si alguien es capaz de lograr el equilibrio perfecto entre tecnología y trabajo a mano es Galliano en Maison Margiela Artisanal. John hace un trabajo de construcción basado en el concepto contrario. Deshace para volver a hacer y dota a la Costura de contenido partiendo de clásicos como el trench. Así, contextualiza un trabajo tan artístico como preciosista y crea esculturas en una colección que vuelve al principio, definiéndose con el concepto que sir ve de arranque de este reportaje: monumental.