Madame LA BOULANGÈRE
A la modelo Héloïse Guérin le gusta vestirse de punta en blanco. Tanto que ha terminado por adoptar el look total white como uniforme para acudir a trabajar a la panadería neoyorquina Arcade Bakery.
No hay lugar a dudas. La vida de Héloïse Guérin (París, 1989) respira moda por los cuatro costados. La hemos visto subida a las pasarelas de Christian Dior, Marc Jacobs, Lacoste, Zac Posen, etc. Desfilar junto a los ángeles de Victoria’s Secret y darle el “sí, quiero” a uno de los hijos del célebre fotógrafo Patrick Demarchelier. Sin embargo, cuando los focos se apagan y los vestidos de Alta Costura vuelven a sus respectivas maisons, la modelo regresa a Nueva York para enfundarse su delantal de Arcade Baker y y convertirse en la perfecta panadera. “Hace poco, una amiga me habló de esta panadería situada en el 220 de Church Street. Me explicó que estaba escondida en un edificio de oficinas de Tribeca y que debía ir a conocerla. La primera vez que entré fue amor a primera vista . Me dirigí enseg uida a la primera persona que vi en el mostrador y le preg unté si podía hacer prácticas con ellos. ¡Y me dijeron que sí ! Desde entonces, siempre que mi agenda laboral me lo permite acudo aquí para aprender a hornear”, explica la j oven.
Dulce conversión. Todas las modelos tienen sus vías de escape. Las hay que desconectan del estrés y las carreras a través de la pintura o la música. Otras se decantan por actividades más físicas como el running o pilates y luego están las que, como Héloïse Guérin, prefieren meterse entre fogones y rodearse de harina, rodillos de madera y vasos medidores. “Siempre me ha g ustado la cocina. Cuando estaba en el instituto, mis padres llegaban a casa
tarde del trabajo y me encargaba de prepararles la cena”, recuerda ésta . Y añade : “Ser modelo y foodie es maravilloso. Al viajar tanto he tenido la oportunidad de conocer un montón de gastronomías muy diversas”. De punta en blanco. Convertida en un miembro más del equipo de Roger Gural, la modelo presta atención a las indicaciones de sus compañeros. Amasar, esperar, volver a amasar, esperar una vez más, obser var el levado, etc. “Ser panadero no es un trabajo idílico. Requiere largas horas de trabajo. Es muy físico y demanda mucha concentración y paciencia. Es bastante parecido a ser químico. Es un trabajo específico y preciso, por eso nunca se debe saltar ningún paso. Pero estoy aprendiendo mucho. Admiro a la gente que se dedica a ello a tiempo completo. ¡ Traen tanto placer a sus clientes!”, reconoce ésta. Como buena francesa, Héloïse Guérin disfruta del pan; un placer con mucha miga que ocupa un papel protagonista en Arcade Baker y. Desde que abriera sus puertas en 2014, el local se ha convertido en lugar de peregrinaje para turistas y neoyorquinos en busca de las mejores masas y hojaldres de la ciudad. ¿ Entre sus especialidades ? Sus baguettes, sus sándwiches de jamón y queso, sus pizzas y su pan de trig o sarraceno con pera y vainilla . “Me encanta que vuelvan los cereales antig uos. Son sabrosos, tienen texturas divertidas y son realmente buenos para nosotros”, explica la joven mientras obser va una bandeja de croissants, recién horneados. “Los croissants son seg uramente una de las cosas más complejas de hacer en pastelería. Pero vale la pena. El secreto está en no escatimar con la mantequilla”, confiesa entre risas la modelo. Le g uardaremos el se creto a Héloïse.
“Me encanta que vuelvan los cereales antiguos. Son sabrosos”