Glamour (Spain)

“VISTO A MUJERES DE TODO TIPO Y DE TODAS LAS EDADES”

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objeto ni parecer un hombre. Hay que reivindica­r lo que es una mujer, ni una niña ni nada, lo que somos las mujeres. Yo no sólo pruebo en modelos, he probado en todo tipo de mujeres con todo tipo de edades. Hace poco salió una foto de Helen Mirren con un vestido mío. La moda tiene que tener amplitud, ofrecerte seguridad, construir muy bien la silueta y marcar la cintura porque al final lo que nos distingue de un hombre es el busto. Es importante focalizar ahí la atención pero siempre ir cómoda y que sea flexible. Hay mucho trabajo de patronaje para que no sea un corsé, tiene que haber libertad de movimiento. Si construyes la silueta desde ahí, eso te da mucho aplomo. ALICIA: En tu colección hay corpiños, que también es una prenda muy española… CARMEN: Pero son súper flexibles, no llevan ballenas. Tenemos que estar cómodas dentro de un orden, la ropa tiene que viajar bien, poder meterla en una maleta sin que se arrug ue. Necesitamo­s ropa que nos haga sentir muy g uapas, poderosas y femeninas, pero que no nos complique l a vida . ALICIA: Los monos que tienes me recuerdan un poco a los ochenta, tienen un punto muy divertido. CARMEN: Para mí, los ochenta es la gran década. Nací en el 74 y, al final, siempre tienes referencia­s de la infancia, de cuando ibas por la calle con diez o doce años. Cuando me empecé a fijar, veía los ochenta en Madrid. Por un lado, las siluetas, los hombros bien construido­s, la cinturita, esa anchura en los pantalones fomentando la redondez, que es algo muy femenino y muy bonito, y por otro lado, el sentido del humor. Cuando nos ponemos demasiado serios o transcende­ntes..., a mí personalme­nte eso me agota, cada vez valoro más la ligereza y la liviandad. El día a día y nuestra propia experienci­a nos hacen ser consciente­s de las limitacion­es, viendo las cosas que no hemos podido hacer. Las cosas que me aportan ligereza y la liviandad me dan tranquilid­ad. ALICIA: Estamos en un momento político en el que nos tomamos todo a la tremenda, ¿o no? CARMEN: Es un momento bastante complicado. Una cosa es no ser consciente de la importanci­a de las cosas y otra, ser capaz de quitarle el drama. Hay que serenarse y ver las cosas con tranquilid­ad. ALICIA: ¿Fue ésa una de las razones que te llevó a hacer aquel parón hace años? CARMEN: Por un lado, fue cuando nació mi segundo hijo y coincidió con el batacazo financiero. Tuve la sensación de que todo el mundo corría a una velocidad tremenda y no teníamos claro hacia dónde íbamos, llevaba doce años sin coger vacaciones y era un buen momento para pensar: “Si paro ahora, creo que podría volver”. Fue una de las mejores decisiones que he tomado nunca. ALICIA: ¿Esto fue en 2010? CARMEN: Sí, y paré dos años. En ese momento empezó la crisis tremenda en España, amigos míos lo pasaron fatal, cerraron talleres… A mí, por otro lado, me vino bien tomar perspectiv­a porque, en ese momento, la moda pegó ese acelerón de cuatro coleccione­s al año. ALICIA: Muy influencia­da por el mundo digital… CARMEN: Instagram es del 2010, ¿no? Toda la explosión digital, la inmediatez, la prisa… El descanso me vino muy bien para coger eso con fuerza y testar nuevas aguas. Ahí fue cuando empecé a tener clientes online, eso era impensable antes. La importanci­a del 360, la identidad corporativ­a en todos los ámbitos... ALICIA: ¿Cuál el posicionam­iento de precio de tu marca? CARMEN: Es lo que llaman designer, pero dentro de esto no soy cara. Mis prendas tienen un precio honesto. La gran batalla del presente y de los próximos dos o tres años, para mí, es la de los tejidos. Está bajando la calidad de los tejidos en las grandes marcas. ALICIA: ¿Dónde los compras? CARMEN: Compro los tejidos en París, como todo el mundo. Tengo fabricante­s italianos, japoneses, franceses… Estudio las calidades, los gramajes de seda, gramajes de algodón, la torsión y tensión del hilo... Mi precio es honesto en el sentido de que utilizo tejidos de muy buena calidad, fabrico en España con sueldos españoles y tenemos unos márgenes mínimos que necesitamo­s, unos márgenes honestos. Ahí está incluido el trabajo del equipo de diseño, el tiempo que nos tomamos y cómo está construida la prenda, los sobrantes que se dejan dentro por si hay que hacer o no un arreglo… Al final, hay muchas marcas apurando el centímetro para ahorrar y eso hace que el fit sea incómodo. Por eso, la gran mayoría de marcas incluyen es sus prendas un porcentaje de licra para ahorrar el centímetro de tela, parece que te mueves mejor pero esa prenda envejece peor. ALICIA: ¿Qué tejido te hace soñar? CARMEN: Pues uno que casi no utilizo, el algodón. Mi tejido favorito es un popelín de algodón viejo. Una camisa vieja de hombre muy lavada, una sábana muy lavada. Yo colecciono algodón, tengo una colección de retales de tejidos históricos. Disfruto como una enana en una tienda de telas, pero un trapo de cocina de lino muy lavado que tiene treinta o cuarenta años, me chifla, aunque quizá no es lo más apropiado para las coleccione­s que estoy haciendo. En la colección de verano, hemos trabajado un lino técnico lavado que me vuelve loca, esa otra tela que parece una bolsa de basura. Es una seda japonesa, el espacio entre la piel y la tela crea un microclima y es muy agradable puesta. Estos tejidos me hacen soñar.

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