París no se acaba nunca
Su escenario reúne las tiendas más exquisitas de Europa. La capital francesa es puro avant-garde y su ruta de shopping tiene el poder de superar toda expectativa.
el propio Hemingway ya lo advertía: “Si tienes la suerte de haber vivido de joven en París, durante el resto de tu vida ella estará contigo, porque París es una fiesta”. También es cuna de la moda y marco incomparable de irresistibles lugares, boutiques donde la tendencia y el diseño conquistan cada rincón. No todos corremos la suerte de vivir en la capital francesa, pero toda visita es poca cuando se trata de escudriñar esta ciudad de luz que no acaba nunca.
El matiz très chic. Ya sea integrada en la bohemia de Montparnasse, en las callejuelas
empedradas que sortean los pintores de Montmartre, o enfrascada en el lujo eterno que respiran las galerías de Saint Honoré, la ruta de shopping perfecta en París nunca es A+B. Están los lugares de siempre que piden un alto en el camino, como Café de Flore, las antiguas tiendas de perfumistas o los macarons al estilo Ladurée. Y los clásicos, siempre actuales y a la vanguardia, del estilo parisienne, como A.P.C., Sonia Rykiel, Repetto o Isabel Marant, que sobreviven a la reciente marcha de templos fashionistas como Colette. Mientras, el gran lujo sigue respirando nombre de maison con Chanel, Dior, Saint Laurent, Céline o Hermès al frente. Lo cierto es que la parada más cool puede aguardar en cualquier sitio. Ya sea en mitad del bullicio de Champs Élysées o en el gran escenario de modernidad a los pies del Pompidou que es Le Marais. En París siempre hay jugosos tesoros vintage y flea markets que descubrir, como los que se levantan en los aledaños de Notre Dame, a orillas del Sena; sin olvidar esa escapada planeada a esa flagship en Opera que te quita el sueño desde hace tres temporadas. Ya sirva como pretexto una fashion week o cualquier época del año, la ciudad de la luz siempre cuenta con espacios definitivos que ver y en los que dejarse ver.
Moda y cultura, eterno tándem parisino.
Otra de las cosas que hace de la capital francesa un lugar único en el mundo es su exquisita propuesta de agenda en torno a la cultura de moda. Es bien factible planificar
unos días repletos de citas inolvidables con las que deleitarte y engrosar tus referencias y conocimientos sobre la industria. Sin ir más lejos, ahora mismo la ciudad celebra dos insólitas muestras sobre el diseñador Martin Margiela (Los años en Hermès, en el Museo de Artes Decorativas, hasta el 2 de septiembre; y Margiela/galliera, 1989-2009, en el Palais Galliera, hasta el 15 de julio); y una interesante retrospectiva sobre el fotógrafo de moda Peter Knapp. Este director artístico suizo trabajó principalmente en Francia en los años 60 y 70. Dancing in The Street, Peter Knapp et La Mode (1960-1970) se recoge este mes en la Cité de la Mode et du Design con unas 100 imágenes del artista que evidencian su estrecha relación con modistos franceses como André Courrèges, Pierre Cardin o Yves
Saint Laurent ( hasta el 10 de junio). Si lo tuyo es googlear “trendy” a la hora de organizar tu ruta de tiendas, la capital francesa completa con buenas dosis de savoir faire una serie de paradas obligatorias. Una de ellas es Merci, el lugar con más peregrinaje hípster de Le Marais y al que siempre querrás volver. Este concept store es cafetería, biblioteca (donde consultar las ediciones impresas más interesantes) y tienda de ropa e interiorismo a su vez. Completan la oferta deco The Socialite Family, el primer espacio de inspiración francesa dedicado a la decoración y estilo de vida de familias modernas, urbanas y conectadas que suele dar a conocer sus propuestas en formato pop-up; y Madame de la Maison, donde hacerte con menaje típicamente francés o manteles versallescos. Y qué sería una visita a París sin pasar por uno de sus históricos templos de belleza, como L’officine Universelle Buly (1803) o The Salons of the Royal Palace (1992) de Serge Lutens, la casa de perfumes dedicada a los gustos más exigentes. Porque si de algo sabe París, es de lugares exquisitos.