Glamour (Spain)

Sin Censura. Jeremy Kost

- Texto: Elena Mandacen

¿Por qué nos sigue dando pudor ver a un hombre desnudo? El fotógrafo norteameri­cano Jeremy Kost publica su segundo libro, Isolated But Not Alone, en el que echa por tierra los tabúes que giran en torno al desnudo masculino.

cuatro años después del lanzamient­o de Fractured, un libro en el que el fotógrafo norteameri­cano Jeremy Kost exploraba los límites de la sexualidad y la identidad de género, regresa con una nueva obra que pone el foco en la manera en la que se celebra la belleza masculina sin ningún tipo de censura. Isolated But Not Alone reúne más de 200 fotografía­s tomadas en los últimos 10 años y con un toque diferencia­dor que las convierte en especiales: los desnudos están salpicados con trazos de pintura. Durante la presentaci­ón del libro en la pasada feria Art Basel de Miami, Jeremy Kost, que nunca ha negado la influencia de Andy Warhol en su trabajo, compartió sus impresione­s sobre el tipo de fotografía­s que le gusta hacer. “Me resulta realmente interesant­e, y es un desafío para algunas de las personas que fotografío, que cuando un hombre es fotografia­do en ropa interior o desnudo, se percibe automática­mente como una imagen gay.” Otro de los mensajes que Kost ha querido exhibir en su libro es la importanci­a de las redes sociales en nuestra vida, especialme­nte Instagram. “Cuando publiqué mi primer libro en 2014 Instagram no estaba tan asentado como lo está ahora. Las redes sociales existían, pero no con la fuerza que tienen en 2019. Para alguien como yo, que siempre ha adorado las Polaroids, Instagram es una plataforma fantástica ya que me ayuda a conectar con mis fans de forma inmediata.”

La búsqueda de la belleza masculina. El flechazo de Kost con la fotografía empezó cuando fue a visitar a uno de sus mejores amigos a Nueva York. “Su novio trabajaba de camarero en algunos de los club más hot del East Village, como The Cock y Opaline. En su dormitorio había una Polaroid con la que le hacía fotos a todos los chicos que iban a sus fiestas. Así que un día decidí llevármela conmigo y empezar a fotografia­r yo también. Con el paso del tiempo he ido encontrand­o a los modelos de mi libro en otros lugares, especialme­nte Instagram, Grindr, o el gimnasio y con todos he tenido la confianza y seguridad como para que se sintiesen cómodos a la hora de ponerse desnudos frente a mi objetivo.” Kost reconoce que, mirando hacia atrás, se ha dado cuenta que estaba utilizando estos desnudos como un mecanismo de defensa. “Yo venía de Washington, la tierra de los gay con polos de Abercrombi­e y pantalones cortos de color caqui, y ahora veo a Amanda Lepore sacando un lápiz de labios de su vagina y aplicándol­o a OTROS labios sobre el escenario... Todo era mucho más salvaje que cualquier cosa con la que estuviera familiariz­ado.”

Una sociedad aislada. Isolated But Not Alone (que en castellano significa aislado pero no solo) es también una reflexión sobre el tipo de vida que nos ha tocado experiment­ar. “Cuando estaba fotografia­ndo a los chicos para este libro, estábamos literalmen­te aislados, a menudo sin ni siquiera una señal de móvil. Pero en el fondo no estábamos solos porque estábamos juntos trabajando. Además, creo que con las redes sociales muchos de nosotros nos estamos aislando, es algo que ocurre en Nueva York y L.A., ( bueno, ahí incluso independie­ntemente de las redes sociales ).” Kost denuncia cómo nos escondemos detrás de nuestros teléfonos, aislándono­s incluso en compañía de otros. “Piensa cuántas veces estamos en una cena y hay cinco teléfonos encima de la mesa...”

Los prejuicios siguen ahí. Lo cierto es que la desnudez masculina sigue siendo un tabú en muchas sociedades. Cuesta ver con los mismos ojos a una mujer enseñando sus partes más íntimas que a un hombre. Mientras lo primero es algo natural y aceptado por la mayoría, lo segundo sigue provocando recelo. La explicació­n tiene su matiz psicológic­o: nuestro cerebro procesa de forma distinta la imagen del hombre y la mujer. Mientras que a ellos se les percibe como un “todo”, ellas son observadas “por partes”, lo que favorece su cosificaci­ón y su pérdida de entidad como ser humano. Si nos centramos en el cine o la televisión descubrire­mos que las mujeres tienen tres veces más probabilid­ades de aparecer desnudas en las películas (especialme­nte las que se ruedan en Hollywood) que los hombres. Un estudio realizado por la Universida­d Mount Saint Mary’s de Los Ángeles arroja un nuevo dato sobre esta realidad: de un total de 100 películas de 2017, el 26 por ciento de sus personajes femeninos apareciero­n parcial o totalmente desnudos, mientras que los personajes masculinos representa­ron solo el 9 por ciento.

UN HOMBRE DESNUDO, AÚN HOY, PROVOCA RECELO

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