Jane Fonda lo hizo primero
(entrenador personal) La diva del aeróbic nos inspira a entrenar en casa, sin calentadores (¿o con ellos?) y en versión 3.0. Así es el fitnes de la nueva normalidad. (@prohealth.vd)
El con namiento nos descubrió el placer de ponernos en forma en casa: desde abril de 2020, las descargas de apps de
tnes se dispararon un 67% (Gympass). El entrenamiento de fuerza, muy bene cioso para la movilidad, estabilidad y el cuidado de la salud, se posiciona como el más interesante para practicar en el salón (o jardín, cuestión de suerte). “Puedes empezar con el propio peso corporal y añadir después un kit con bandas elásticas, mancuernas y un TRX”, aconseja el personal trainer Víctor Díaz (@prohealth.vd), para quien las sesiones online representan ahora el 80% de su trabajo. También recomienda la supervisión de un profesional, “que dotará de mayor riqueza y seguridad al ejercicio”. Para quien tenga menos presupuesto, existen apps muy completas. Nike Training Club (desde 16 €/mes) cuenta con biblioteca de entrenos y programas personalizados; Adidas Runtastic (desde 10 €/mes) es perfecta para amantes del running; Síclo+ (38,99 €/mes) te lleva sus cañeras sesiones de bici estática a casa, y el canal Serotonin TV permite reservar la clase y seguirla desde el salón en directo o en diferido. Solo te queda marcarte metas realistas y a corto plazo. Y la casa con jardín, pero eso es otro cantar…
“Hoy tengo clase con mi entrenador.” Lo que antes sonaba a superexclusivo, casi se vuelve mainstream en 2020. La reducción de aforo en los g yms, el miedo al contagio y la exibilidad que nos permite el teletrabajo han favorecido, según el personal trainer Pedro Medina (@pedromedinaentrenador), que se incremente bastante la demanda de entrenadores personales. No es lo mismo practicar ejercicio en el parque que en una sala. Ni aprovechar el huequito de antes de comer que tener que ir –sí o sí– a la clase de las 8:00h. “Además, tenemos algo de coach, una capacidad de conectar la parte física y emocional, que contribuye a que el cliente se motive mucho más”, subraya Medina. El diseño a medida de los programas es otro punto a favor. “Adapto las sesiones a la salud, nivel y objetivos de cada uno; es esencial”, explica Medina. Algunos gimnasios se han puesto las pilas y proponen clases individuales o con cita previa que se amoldan a esta nueva realidad.
Muchos estaban deseando volver al gym, pero otros tantos siguen reticentes pese a las medidas de seguridad. Para ellos, entrenar al aire libre es una buena alternativa. Los clubs David Lloyd (100 €/mes) han sacado sus clases al fresco. “Battlebox es un entrenamiento grupal en el exterior que simula una carrera espartana de obstáculos”, explica Susana Martínez, coordinadora de la actividad en David Lloyd Turó (Barcelona). También ofrecen cascos para seguir las sesiones indoor de body combat o body pump desde fuera. Susana recomienda empezar abrigados y debajo llevar ropa cómoda, ligera y transpirable. Evidentemente, lo malo de esta opción es el clima… ¿Y lo mejor? “Te sientes más positivo, menos tenso. Entrenar fuera te revitaliza y renueva”, asegura. La cadena Distrito Estudio y Autspain se suman a la tendencia con clases en playas, parques urbanos o el campo. Porque nunca agradecimos tanto la vida outdoor.