David Gandy
Premio Especial GQ20 Modelo de la Década
En 1966 y en plena borrachera de éxito, John Lennon tuvo la ocurrencia de declarar que los Beatles eran más famosos que Jesucristo. Que sepamos, el protagonista de estas páginas no ha proferido nunca semejante boutade , pero si saliéramos a la calle y preguntáramos quién es Gandhi a unos cuantos millenials al azar, es muy probable que nos contestaran que se trata del supermodelo más importante del siglo XXI . Porque no sabemos qué habría sido del menudo líder indio si hubiese dispuesto de las redes sociales actuales, pero cada año David Gandy (Billericay, Essex, 1980) llega a 2.000 millones de personas con las suyas. Porque su campaña para el perfume Light Blue de Dolce & Gabbana marcando paquetón en Portofino –"todo es real, absolutamente, qué puedo decir"– supuso un antes y un después en el mundo de la publicidad; y porque, en definitiva, el inglés ha sido el único maniquí masculino que ha sido capaz de trascender su imagen y construir un universo propio alrededor de su marca personal.
"Mi ventaja competitiva frente a otros modelos es que la gente conoce mi nombre, lo he convertido en una marca. Muchos otros tienen una cara reconocible y un trabajo fantástico, pero nadie conoce su nombre. Su nombre como marca no representa gran cosa", nos explica.
Por el contrario, el de Gandy vale su peso en oro. Lo saben las pocas marcas con las que colabora en la actualidad –"es más importante decir no que decir sí, porque de ese modo mantienes la exclusividad"–, como Mark & Spencer, con la que tiene un acuerdo por el que firma su propia línea de ropa interior. Lo saben los Dolce & Gabbana que, aparte de haberlo adoptado como musa , le dedicaron un libro icónico de fotografías a cual más sugerente; y lo saben las tiendas on-line de Apple y Android, en las que se venden las apps de fitness del modelo.
"No sé si mi carrera es comparable a la de una top femenina", confiesa, "pero he de reconocer que lo que he hecho es aprovecharme de lo que ellas crearon. Observé el modo en que obtuvieron reconocimiento y poder y lo repliqué. Fue más difícil, porque los hombres no tenemos el tirón que tiene un ángel de Victoria's Secret, pero era un reto que me propuse con mis agentes. Elaboramos un plan estratégico de marketing y lo hemos ido cumpliendo durante 13 años. Hay muchos modelos que han sido importantísimos, sobre todo en EE UU, pero nunca llevaron su trabajo tan lejos como yo quiero llevarlo".
Así, mientras otros agotan sus minutos de la basura firmando una hipoteca puente hacia la actuación o la música, Gandy prefiere seguir el camino de viejas glorias como Cindy Crawford o Christine Turlington, convertidas en empresarias de éxito. "No me consideraría a mí mismo un hombre de negocios, mi padre sí que lo era, podía vender lo que fuera. Pero invierto en compañías, tengo mis aplicaciones, diseño, escribo, y me encanta dar oportunidades a los jóvenes talentos. Invierto en las compañías en las que creo. Me gusta tener proyectos en marcha y ver cómo funcionan".
Cuando sus múltiples ocupaciones se lo permiten, se dedica también a probar automóviles para nuestros compañeros del GQ británico. "La moda es mi trabajo, mi vida, mi mundo, pero los coches son mi pasión", reconoce; y a recoger premios, claro: "Es un honor por partida doble. Por ser GQ, la biblia del hombre con estilo, y por ser España, que es casi como mi segundo hogar. Curiosamente, justo cuando he decidido bajar el ritmo de trabajo como modelo me han empezado a llegar los reconocimientos, así que no sé qué pensar…" (risas).