visto y no visto
Por Vicente Gallart –
OBSESIÓN GENERALIZADA. Es lo que hay en torno a las celebrities en la actualidad; y la moda no es ajena a ella. Al contrario. Últimamente parece que solo se consiguen topsellers (lo que en el cine se llaman blockbusters) si se contrata a un famoso al frente de la campaña de publicidad o de la colección cápsula de turno. El último ejemplo que invadió, literalmente, las redes sociales y que consiguió lo que se denomina "romper internet" ha sido el de Kanye West. Durante la última edición de la Fashion Week neoyorquina presentó su colaboración con la firma Adidas a través de una performance con modelos que recordaban a los replicantes del filme Blade Runner y la respuesta mediática fue apabullante. Sin embargo… ¿fue la colección en sí misma destacable? Si acaso serían recomendables sus nuevas zapatillas Yeezy Boost por su personal y elegante diseño. Recordemos que ya el pasado año, el rapero, especializado en robar protagonismo frente al micro durante las galas de entrega de premios, realizó una colección cápsula para la firma francesa A.P.C. que se vendió on-line en un suspiro a unos precios no muy asequibles. Este hecho confirmó una vez más que nada vende mejor en la actualidad que una celebrity . ¿A quién le importa el nombre de una nueva silueta, de un nuevo tejido o de un nuevo estampado? A una minoría, porque el gran público prefiere elegir la opción de vestirse como Kanye West. Por eso la gran inversión de las grandes empresas va a parar a los bolsillos de los famosos y no al apoyo de jóvenes talentos del diseño que sí lo necesitan verdaderamente y que son el auténtico futuro de la moda. El intrusismo celeb permite accesibilidad a las redes sociales las 24 horas de los siete días de la semana y esto es lo que al final interesa. ¿Aunque la falta de talento en él sea más que evidente? Por supuesto. Let's make lots of money, como decían los Pet Shop Boys en los años 80. Lo demás es secundario.