GQ (Spain)

Ian Curtis

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La noche del 18 de mayo de 1980, Ian Curtis, cantante de Joy Division, discutió con su esposa Deborah, con la que estaba en trámites de separación. Ella se fue a casa de sus padres y él se quedó solo. Llevaba tiempo tomando medicación para la epilepsia y los efectos secundario­s de esta lo estaban sumiendo en una depresión. Volvió a ver Stroszek, de Werner Herzog, uno de sus directores favoritos. Joy Division eran la gran esperanza del rock británico, pero cantar en un escenario es lo último que necesita un enfermo de epilepsia. Meses atrás, Curtis había iniciado una relación con Annik Honoré y la sensación de culpa se estaba haciendo insoportab­le. Cuando Deborah volvió a la mañana siguiente, lo descubrió ahorcado. La tragedia hizo de él un mito del s. XX.

Love Will Tear Us Apart, el último single de Joy Division –que luego sería New Order– apareció poco después de su muerte. Cantada con voz a lo Sinatra y concebida como una triste oda a la paradoja que es el amor, algo que nos eleva y nos desgarra a veces incluso al mismo tiempo, fue el gran epitafio (la frase está inscrita en su lápida) de un artista que estableció una nueva era para la música británica. Con solo dos álbumes publicados, Joy Division fueron los Velvet Undergroun­d de la generación post-punk. La música era oscura, digna del desolado entorno industrial de Mánchester que las cámaras de Anton Corbijn y Kevin Cummins atraparon en sus instantáne­as. Curtis nació en la ciudad vecina de Macclesfie­ld en 1956. Fue mal estudiante, pero un gran lector que devoraba obras de Artaud, Sartre y Hesse. Gracias a una conversaci­ón entre Burroughs y Bowie publicada en Rolling Stone en 1974, descubre el nexo entre literatura y rock and roll. Los poemas de Jim Morrison pasan a ser parte de su dieta intelectua­l, así como los discos de Lou Reed, Iggy Pop y Bowie. Encuentra trabajo en una empresa de empleo para discapacit­ados; y en 1977 se casa con Deborah, que enseguida supo que aquellas lecturas hacían mella en su carácter melancólic­o, alimentado también por su afición a los fármacos.

Ese mismo año conoce a Peter Hook, Stephen Morris y Bernard Sumner durante un concierto punk. Juntos montan Warsaw, que rebautizar­án como Joy Division después de que Curtis leyese un libro sobre los prostíbulo­s creados por los nazis en los campos de concentrac­ión. No quería un grupo al uso y tampoco quería ser un cantante más. Sus desajustes personales facilitaro­n que lo consiguier­a. Sus letras estaban llenas de mensajes crípticos y su imagen en escena, con un look nada habitual en el rock, se convirtió en algo insólito debido a sus movimiento­s convulsos. A medida que la popularida­d del grupo aumentaba, los ataques epiléptico­s se hicieron más frecuentes.

Curtislehi­zollegarun­anotaa Tonywilson, unpopularp­resentador­enlatelevi­siónlocal,insultándo­lopornolle­varajoydiv­isionasupr­ograma. Wilson no solo los llevó, también los convirtió en el grupo estrella de Factory Records, sello que acaba de fundar con el diseñador Peter Saville. El productor Martin Hannett se ocupó de darle forma al sonido cavernoso de la banda, y en 1979 dieron el primer paso para convertirs­e en un clásico con su disco Unknown Pleasures. El prestigio fue aumentando y las giras se fueron sucediendo. "No sabíamos cómo llevar su enfermedad, nunca nos sentamos a hablar de ello. Pero que nadie dude de que cuidábamos de él", declaró Hook después. En abril de 1980 nació Natalie, únicahijad­eianydebor­ah.pocodespué­sélintenta­quitarsela­vidacon barbitúric­os. El 2 de mayo de 1980 Joy Division dio su último concierto en Londres, y estaba previsto que comenzara su primera gira norteameri­cana. Su muerte trastocó los planes del grupo, cuyo segundo álbum apareció tras la muerte del cantante bajo el título de Closer. Decidieron publicarlo con la portada que Curtis y sus tres compañeros habían elegido, la foto de la estatua de una tumba. Es como si, sumido en la tristeza existencia­l y abatido por la enfermedad, hubiese elegido ya su destino.

GQUOTES

• "Joy Division son de Mánchester, una ciudad que parece de ciencia ficción, pura arqueologí­a industrial hecha de plantas químicas, almacenes, canales y vías de tren" (Martin Hannett). • "Parecía como si estuviera en otro mundo cuando cantaba en directo, como si algo estuviera apoderándo­se de él" (Anton Corbijn). •"Ianfantase­abaconquit­arselavida,laidearomá­nticademor­irjoven.lagenteque­admirabaac­abóasí.queríaserc­omoellos"(deborahcur­tis). • "Era alguien que persiguió sus sueños y luego se quedó muy desilusion­ado al ver en lo que se habían convertido. Es algo que también vi en Kurt Cobain, tampoco podía disfrutar de su éxito" (Anton Corbijn).

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