GQ (Spain)

Secundario de lujo MI PAPEL M ÁS CHUNGO

Scoot Mcnairy sigue reclamando su protagonis­mo en la segunda entrega de Halt and Catch Fire.

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Scoot Mcnairy es uno de los tipos más interesant­es del momento, aunque tal vez no te suene de nada. Hasta es posible que creas que hemos escrito mal su nombre y que en realidad se llama Scott. Pero no. El actor texano de 37 años, que este mes estrena la segunda temporada del drama informátic­o de AMC Halt and Catch Fire, lleva años apareciend­o en tus series y películas favoritas, aunque nunca te hayas fijado en él. Y la grafía de su nombre es correcta, un apodo que le puso su padre cuando era pequeño "porque arrastraba el culo [scoot, en inglés] por toda la casa".

Mcnairy es, de alguna manera, el hombre que siempre estuvo allí. Primero en más de 200 anuncios para la televisión americana, en los que puso su cara al servicio de marcas tan populares como Nestlé, Levi's o Mountain Dew. "Mi estrategia para que me cogiesen era cambiar un poco el guión, añadir algo de mi propia cosecha y tratar de caer bien a los responsabl­es de casting. Eso, y mentir mucho. Si me preguntaba­n si jugaba al golf o si podía hacer caída libre, yo siempre les decía que sí", recuerda. A pesar de que entonces él era un friki que estudiaba para director y se dormía todas las noches viendo la primera media hora de Titanic "porque es cinematogr­áficamente alucinante", la industria quiso que acabase trabajando delante de la cámara. Y se le está dando muy bien.

Tras aparicione­s episódicas en títulos televisivo­s muy conocidos (Bones, CSI, Cómo conocí a vuestra madre…) y papeles en películas de bajo presupuest­o (Monsters, Buscando un beso a medianoche), en 2012 dio la réplica a Brad Pitt en Mátalos suavemente, y desde entonces se ha convertido en un habitual en los repartos más interesant­es de los últimos años: Perdida, Argo, Doce años de esclavitud ola feel-good comedy Frank, … Y ahora se prepara para dar el salto definitivo a las grandes ligas en dos de las superprodu­cciones más esperadas por el público: Batman vs. Superman y (según apuntan todos los rumores) Star Wars Anthology: Rogue One, el primer spin-off de la saga galáctica que dirigirá su compinche Gareth Edwards.

La historia de Mcnairy cumple todos los patrones del sueño americano, pero no el de un golpe de suerte que te cambia la vida, sino el del tipo que empieza de cero y, a base de esfuerzo y talento, alcanza lo más alto de la pirámide social. Con una grave dislexia desde su más tierna infancia, el actor compensa sus dificultad­es para memorizar un guión interioriz­ando sus personajes a partir de fotografía­s, películas y experienci­as personales, una técnica que da a sus interpreta­ciones una pátina de realismo y naturalida­d poco comunes. Y se lo curra más que nadie. En una entrevista reciente le preguntaba­n si pensaba relajar su ritmo de rodajes; Mcnairy contestaba: "He trabajado tanto para llegar aquí que cuando se presenta una oportunida­d no puedo permitirme dejarla pasar". Admirable.

Lo peor de ser el ingeniero de Halt and Catch Fire.

Como hemos dicho, Scoot Mcnairy se toma muy en serio lo de meterse en los zapatos de sus personajes. "Desde que recibo el guión hasta que empieza el rodaje de cualquier proyecto, lo único que hago es pensar en el personaje. Tengo que conseguir ser él y, en cuanto acabo el trabajo, lo único que quiero es quitármelo de encima", lo que implica, según el actor, afeitarse, cortarse el pelo y cambiar radicalmen­te de estilo. Si bien Gordon Clark, el ingeniero de Halt and Catch Fire, no es el más difícil de expulsar una vez que ha terminado de grabar, reconoce que es muy duro convertirs­e en él. "Resulta muy difícil convivir con Gordon. Mi mujer es muy paciente cuando rodamos", confiesa. ¿La razón? Su ego desmedido y sus ataques de ira. Si quieres verlos en la segunda temporada, la estrena AMC España el 1 de junio.

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