En el pais de los elfos, Anna Andres es la reina V
isto con la perspectiva del tiempo, el derrumbamiento del muro de Berlín ha traído a Europa multitud de efectos indeseados. No es el peor de ellos Angela Merkel; ni tampoco la necesidad de aprenderse de memoria toda una retahíla de nuevos y extraños países donde antes solo había una gran mancha roja con la leyenda "URSS". Pero todas esas tensiones geopolíticas, sanciones económicas, batallas comerciales y guerras habidas en las últimas décadas en Europa por efecto de la inestabilidad en las ex repúblicas soviéticas palidecen ante el hecho de haber descubierto que, tras el telón de acero, existen chicas como Anna Andres.
Sí, gracias a que cayó el Muro tenemos a Anna Andres. Ella ni siquiera había nacido el 16 de noviembre de 1989, pero hay que darle las gracias a aquel funcionario ruso mal informado que la lio parda sin querer y provocó el colapso de la Unión Soviética porque, de no haberse terminado la Guerra Fría, no la habrías conocido. Como nada sabríamos de ese vivero de rubias de piernas interminables, piel transparente y ojos azules que es Ucrania.
Por algo han llamado históricamente a este país del Báltico "el granero de Europa". Anna Andres no es más –ni menos– que la guapa oficial, la perla morena, de una espectacular cosecha de modelos, actrices y cantantes. También son ucranianas –aunque es posible que si recitas todos sus nombres al revés te salga la alineación del equipo olímpico lituano de baloncesto–, Olga Kurylenko, Vera Brezhneva, Luba Shumeyko, Snejana Onopka, Nataliya Gotsiy, Olesya Stefanko, Mila Krasnoiarova, Larysa Poznyak o Antonina Vasylchenko. Un auténtico dream team de la belleza eslava solo superado por esa mujer que es Michael Jordan y Magic Johnson juntos y que, por edad, podría ser el entrenador del equipo de ángeles ucranianos de Victoria's Secret: Milla Jovovich.
Pero volvamos a Anna Andres. Nació hace 22 años en Lviv, una ciudad en la que se libraron importantes combates durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial y que tiene, al parecer, un centro histórico muy bonito declarado Patrimonio Cultural por la Unesco. Te lo decimos por si te apetece ir a visitarla algún día. La ciudad, claro –no temas, está situada al oeste del país–, porque a Anna es bastante improbable que la encuentres por allí. Poco sabemos de su infancia, vida y milagros, pero sí que se presentó al certamen de Miss Universo Ucrania el año pasado y lo ganó –lo que, considerando la competencia, tiene bastante mérito–. Más tarde renunció al título por motivos personales y, en los últimos tiempos, ha estado intentando lanzar su carrera como modelo en EE UU. A juzgar por las fotografías de este reportaje, atributos no le faltan para triunfar; y dispone de una importante ventaja competitiva frente a sus compatriotas: un nombre que no es absolutamente imposible de pronunciar.
HÉCTOR IZQUIERDO