El fin del dinero La ciudad conectada
20 ejemplos reales que demuestran cómo la tecnología va a seguir cambiando (aun más) nuestro día a día.
El dinero en metálico tiene los días contados. Los primeros pasos se están dando en países escandinavos, pero el análisis de coste y beneficio tiene implicaciones tan obvias que es fácil aventurar su rápida extensión por el resto de países. En Estocolmo o Helsinki es habitual pagar un café con apps o el billete de bus en máquinas públicas que no aceptan metálico. En mayo fue noticia el caso de Dinamarca, donde daban un paso más allá: permitir a ciertos comercios rechazar pagos en metálico a partir de 2016. Tal y como explicaba a The Guardian Sofie F. Andersen, de la Cámara de Comercio danesa, usar cash tiene costes prescindibles: aparte de que los empleados tienen que destinar tiempo a gestionarlo, supone inversiones en seguridad que podrían ahorrarse.
Sin embargo, la desaparición del dinero en metálico tiene, en las actividades ilegales, efectos devastadores. En dos direcciones. La primera es la vinculada a las organizaciones criminales que tienen relación con negocios fuera de la ley como el narcotráfico. El dinero que procede de estas actividades requiere de estructuras complejas para lavarlo e introducirlo en el circuito bancario sin generar sospechas. El efecto de mayor impacto, no obstante, nos pilla mucho más cerca. Sin metálico es difícil que subsista la economía sumergida. Se calcula que, en nuestro país, unos 200.000 millones de euros están fuera del circuito legal, un 20% de toda la riqueza que generamos entre todos en un año. Las consecuencias de que todos estos intercambios fueran accesibles a las autoridades serían increíbles, sobre todo para la Hacienda pública. Algunos teóricos ven aquí un paso fundamental en el descenso de impuestos que pagamos para mantener el Estado del bienestar. En la parte negativa, algunos alertan del riesgo que supone estar a merced de ataques informáticos sin otras alternativas. E incluso también se ha planteado que esta medida haría muy difícil sobrevivir a las economías más humildes. El tiempo dirá cómo de cerca estamos de quedarnos sin monederos.
El asfalto de Krommenie (Holanda) recoge la energía generada por el tránsito motor para el alumbrado público. solaroad.nl
Sensores Smarteye instalados en Londres te dicen dónde hay hueco para aparcar. smartparking.com
Volvo ha creado un casco para ciclistas que avisa cuando un coche se acerca demasiado. vocars.com