Atrápame ese fastasma
¿Cómo se hace dinero en Snapchat? ¿Cuánto cuesta?
Valley, el ídolo de una generación que apenas empieza a afeitarse, para la que ha expuesto una nueva filosofía de vida.
Una filosofía tan nihilista como los vídeos que se autodestruyen que le han hecho millonario: "El lenguaje de internet dice que mi identidad es la persona que soy ahora mismo. Soy el resultado de todo lo que he hecho, pero no soy la acumulación de esos actos". Un mensaje de ruptura que no se queda simplemente en las palabras: borró todos sus tuits en junio del año pasado, nada más cumplir 25 años. Ahí está su mensaje: lo que he hecho antes no tiene importancia ahora. El día que entendamos eso, entenderemos Snapchat.
No es pose: Spiegel es tan listo como firme. Rechazó una oferta de compra de Facebook de 2.750 millones de euros porque Snapchat es su criatura, no otra muesca en el cinturón de Zuckerberg. La app del zeitgeist, la que trata de explicar a todos los mayores de 30 años por qué cada vez se usa menos el correo: porque las viejas conversaciones ya no importan y porque nos dirigimos a un mundo en el que el teclado pronto será un complemento de todo lo demás. Los reyes del mundo están pavimentando el camino a un mundo posverbal, y Snapchat es el primer tutorial para los futuros hombres de ese mundo.
A Spiegel no le importan las palabras ni los historiales, el mundo se piensa en imágenes. Se siente más cómodo mostran- do su oficina (arreglos de flores inglesas colocadas por él mismo conviven con un Pilot G-2 "con el que he diseñado casi todo Snapchat"). Mientras Silicon Valley temblaba y el dinero huía –temporalmente– de Snapchat, él posaba despreocupado en L'uomo Vogue y nuestra cabecera estadounidense.
Una tranquilidad magnética y aparentemente vacua, la sonrisa inexplicable del siglo XXI: mientras cualquier adulto tiene problemas para entender de qué va el revuelo snap –una brecha generacionalmucho más complicada que entender que el triunfo de los Youtubers como iconos de la comunicación–, él se pasea del brazo de Miranda Kerr. Los anunciantes tienen dudas de que Snapchat sirva para algo –es muy difícil conseguir visibilidad en el estado actual de la app–, pero al menos cien de las mayores empresas del mundo hacen cola para conseguir un hueco en la pestaña promocional Discover.
Spiegel está hoy en el mismo momento dulce que Zuckerberg hace unos años. Tiene su mismo instinto asesino para los negocios y para reclutar gente que convierta Snapchat en una máquina de hacer millones. Pero, a diferencia de Mister Facebook, a Spiegel no se le ve como el nerdito de la clase. Es la imagen del nuevo triunfador de internet: guapo, joven, con estilo, entre la iconoclastia y el buen gusto, que no hace ascos a nada que tenga que ver con venderse de forma visual (dile tú a Miranda Kerr que no quieres salir en su Instagram). Eso es Spiegel. Hoy.
¿Mañana? Mañana tendremos que contártelo de otra manera. Posiblemente entre una legión de beatiful kids vendiendo unicornios digitales, empeñados en ser el nuevo Evan Spiegel. Y no por sus millones. Salir en Discover: 45.000 € Discover es la pestaña de canales donde los anunciantes quieren estar. Hoy es la única forma de tener visibilidad desde dentro de la plataforma.
Un día de anuncios: más de 650.000 €. Una historia: 250.000 € Spiegel empezó fuerte: ¿quieres meter snaps durante un día? Más te vale ser muy grande.
Imran Khan El jefe de estrategia de Snapchat es el nuevo Khan del dinero y el as en la manga de Spiegel. Era una estrella en alza en dos mundos a gran escala, el financiero y el digital. Hasta que Snapchat le sedujo.
"El lenguaje de internet nos dice que nuestra identidad es la persona que somos ahora mismo: soy el resultado de todos mis actos, pero no el de su acumulación"