5 MITOS SOBRE EL CABELLO…
Leyendas urbanas a las que un hombre GQ no debería prestar atención.
SITE LO CORTAS, CRECE MÁS RÁPIDOY FUERTE
de cada persona, el pelo crece un promedio de 1,25 centímetros al mes. El hecho de cortarlo no acelera este ritmo. Tampoco aumenta su fortaleza. Puede dar la impresión, sobre todo si te lo rapas al cero, de que se incrementan su grosor y su dureza, pero no es más que
una ilusión. Si lo llevas largo, al pasarle
la tijera parecerá asimismo que el final del tallo gana en vigor, pero solo porque eliminas las puntas abiertas. Conseguirías el mismo efecto con un producto de
tratamiento.
NO SE DEBE LAVARTODOS
LOS DÍAS
a la vista de un modo tan negativo como una cabellera sucia. La grasa, la polución y la suciedad forman una amalgama en el pelo que no resul
ta precisamente favorecedora. Existe toda una gama de champús respetuosos con el ph del cuero cabelludo que
pueden utilizarsea diario y son muy recomendables para las personas que segregan demasiado sebo. Todos los dermatólogos insisten en que una correcta higiene es fundamental a la hora de prevenir
la alopecia.
SITE ARRANCAS UNA CANA, SALEN MÁS
evidencia científica que avale esta teoría. Las canas surgen por la desaparición de una proteína denominada Wnt que conecta los dos grupos de células madres del bulbo piloso que se encargan respectivamente del crecimiento del cabello y su coloración. Arrancar una cana no afecta de ningún modo a este mecanismo celular. Otra cosa es que el pelo blanco tienda a seguir un patrón a la hora de concentrarse en determinadas
zonas.
LOS PRODUCTOS DE 'STYLING' ACELERAN SU CAÍDA
la más común entre los varones, tiene un origen hormonal y afecta al bulbo piloso, que se encuentra enterrado bajo el cuero cabelludo. Dado que
los productos de styling no penetran a tanta profundidad, es imposible que influyan de algún modo en la caída del cabello, ni para bien ni para mal. En todo caso, y dependiendo de sus componentes, pueden maltratar el
tallo del mismo.
SI MIABUELO MATERNO ES CALVO, YO TAMBIÉN LO
SERÉ
Es cierto que recientes estudios han concluido que los genes responsables de la alopecia androgenética se encuentran en el cromosoma X, que dona la madre al varón. Pero también lo es que ese cromosoma X puede ser herencia de nuestro abuelo o de nuestra abuela. Además, no está claro que exista un solo gen autosómico dominante que cause la calvicie. Las últimas investigaciones apuntan a un conjunto de genes y se inclinan por subrayar la importancia de los factores ambientales
en su activación.
Empecemos por los hechos:
el término man bun fue una de las búsquedas estrellas de 2015 en Google. Así que, de acuerdo con el big data, hay que convenir que el moño masculino es una tendencia que está buscando su sitio. Definir cuál debería ser exactamente ese sitio es una tarea prolija. Lo sacaron a la palestra famosos con poder de prescripción, como David Beckham, Chris Hemsworth, Jared Leto o Leonardo Dicaprio, hace casi dos años. Desde entonces, con mejor o peor fortuna, otros personajes más o menos conocidos han intentado imitarlos. Pero ni unos ni otros han conseguido que este peinado haya dejado de ser polarizante. O lo amas o lo odias, y las razones por las que se da esta división de opiniones son complejas. Por un lado, el man bun es una apropiación masculina del estilo semiandrógino de las bailarinas de ballet. El hecho de que haya que combinarlo con una poblada barba de leñador para restarle feminidad no es ciertamente una buena señal para muchos hombres. Para otros, constituye un elemento de seducción demasiado forzado, un calco de los pomposos looks que exhiben las pasarelas de cara al espectáculo. Dicho de otro modo, funciona muy bien en Instagram, pero no sirve para la vida real. Aunque sea la mejor manera de generar la ilusión de llevar el pelo corto sin necesidad de cortarse la melena; es decir, el término medio aristotélico entre el territorio normativo masculino y el largo socialmente admitido para las mujeres. Estas últimas, por cierto, también tienen su opinión. Una encuesta llevada a cabo por la firma West Coast Shaving en EE UU concluyó que el 62% no lo aceptaba o, directamente, lo odiaba. Si esta actitud refleja el mal sabor de boca que dejaron las cuestionables ponytails de los 80 o expresa una posición de género que repudia cualquier fórmula ambigua de masculinidad, es algo difícil de interpretar. Pero desde hace algún tiempo da la impresión de que las mujeres occidentales están empezando a condenar los excesos de la era metrosexual, inclinándose por patrones más machos. Sea como fuere, si estás pensando en hacerte un man bun en el pelo, te daremos un par de consejos: si te lo pones demasiado alto o demasiado bajo te dará una apariencia femenina. Piensa en ese punto en el que, de frente al espejo, resulta invisible. Ese es el lugar perfecto. Y no lo definas demasiado. Aplica un producto fijador, trabájalo con las manos y ciérralo con una goma. No hace falta más. Bueno sí. Tal vez un poquito de actitud y mucho, mucho ego.