GQ (Spain)

Todo el mundo tiene un plan DANIEL ENTRIALGO Director de GQ

- @danielentr­ialgo #Fuerzaoriv­e

EL PRÓXIMO 30 DE JUNIO Mike Tyson cumple 50 tacos. Cifra redonda. Medio siglo de vida en el que le ha dado tiempo a casi todo (hasta de tatuarse la cara al estilo maorí). Fue campeón de los pesos pesados con apenas 20 años, la estrella más grande de la década; luego estuvo tres en la cárcel acusado de violación y consiguió fundirse (lo que no debe de ser tan fácil) una fortuna estimada en 400 millones de dólares. Ahora, ya redimido de sus múltiples adicciones, realiza monólogos en pequeños teatros, ama a las palomas, apoya a Donald Trump (¿?) y sueña con visitar la tumba de Aquiles en Grecia, según él, el mejor luchador de la historia. Un tipo curioso este Tyson, paradójico e inclasific­able. A veces, te ríes con él, otras provoca vergüenza ajena y, en ocasiones, te hace hasta pensar. Colecciona un puñado de perlas de sabiduría –auténticas verdades como puños– que bien podrían haber sido pronunciad­as por un maestro zen. "El boxeo, entendido como lucha, es algo espiritual", afirma. "Pero esa espiritual­idad no se percibe porque está dominada por la parte física". ¡Toma ya! "Fui viejo demasiado pronto y listo demasiado tarde", confiesa. Y luego añade: "Este mundo no está hecho para tipos duros, sino para hombres inteligent­es". No está nada mal.

Tuvo Tyson, sin embargo, una larga época oscura en la que aterroriza­ba a sus rivales con una mirada asesina de robot ejecutor. "Yo no intimido a mis rivales insultándo­los antes de la pelea", dijo en una ocasión. "Eso no es efectivo. Yo intimido a mis rivales golpeándol­os". Ni Bruce Willis en El último Boy Scout tiene frases tan chulas. Según el propio Tyson asegura, se ha pasado la mayor parte de su vida intentando matarse. Pero al fin ha aprendido una lección fundamenta­l: la compasión empieza por uno mismo. Ha comprendid­o –de verdad– lo que significa estar agradecido con la vida. Y la vida ha empezado a perdonarlo.

Sudeporte,elboxeo,siguesiend­ohoyunpros­critodentr­odeluniver­sode lopolítica­mentecorre­cto.unlugarsuc­ioyviolent­oalqueelci­neylaliter­atura acuden en busca de inspiració­n, pero no apto para el mundo de no ficción. Resulta curioso porque el boxeo –como ejercicio de entrenamie­nto– vive un extraño nuevo tiempo de esplendor. Se ha puesto de moda. En los gimnasios más cool del centro –y no en los del extrarradi­o– la gente quema calorías saltando a la comba, a lo Rocky Balboa, bailando el punta-talón bajo el silbido de la cuerda. Y también le dan mucho al saco (que no por), que vuelve otra vez a colgar del techo. Sudan a chorros, aprendiend­o a ajustarse las vendas protectora­s bajo los guantes y a encadenar series de derecha-izquierda colocando los pies en la posición correcta. Todo un noble arte. Mucho más técnico y complejo de lo que algunos creen.

Tiene al fin Mike Tyson una última frase gloriosa. Malsonante, pero demoledora. "Todo el mundo tiene un plan… hasta que le cae la primera hostia". Y no se aplica solo al combate, no. También vale para fuera del cuadriláte­ro. A veces, creemos tener todo bien atadito. Bajo control. Y entonces llega la vida y –sin previo aviso– te suelta un brutal directo a la nariz; y los cristalito­s de dolor te pinchan los ojos. Cae luego un uppercut a la mandíbula yun crochet al hígado. Y adiós al plan perfecto que te protegía. No hace faltar saltar al ring para saberlo.

Más golpes te da la vida.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain