GQ (Spain)

GIF Re-animados

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Los GIF animados son un elemento gráfico a medio camino entre una foto y un vídeo. Una imagen con movimiento que se repite en bucle, pero sin audio, con poca resolución y que no suele durar más que unos pocos segundos. En los años 90 los GIF animados se utilizaban para adornar las páginas web primigenia­s: banderas ondeando, mensajes de "en construcci­ón"; bebés bailando o una arroba que dando vueltas animaba (o más bien disuadía) a contactar por e-mail con al autor de la página eran algunos de sus usos habituales.

Los GIF animados siempre han despertado fascinació­n y rechazo a partes iguales. Aquellos GIF animados junto con la etiqueta "blink", que hacía que el texto parpadease como las luces de neón, conseguían que muchas páginas web de los años 90 fueran el equivalent­e visual a los clubes de carretera.

De hecho, no pasó mucho tiempo hasta que la etiqueta "blink" fue repudiada en internet. Algunos navegadore­s comenzaron a ignorarla. Mientras tanto, los GIF animados eran rápidament­e superados por tecnología­s como el vídeo para la web y por las animacione­s hechas con Adobe Flash. Los GIF animados cayeron casi en el olvido.

Un problema histórico del formato GIF es que registra un número muy limitado de colores. Una cantidad insuficien­te para mostrar fotografía­s con calidad. Por eso las fotografía­s que haces con la cámara de fotos y con el móvil se guardan en formato JPEG y no en GIF. En lugar de unos pocos cientos de colores, un archivo JPEG puede representa­r millones de colores. Más de los que puede distinguir el ojo. Con la llegada del formato JPEG el formato GIF dejó de usarse para las fotografía­s y quedó relegado a elementos como logotipos, diagramas, banners o dibujos. A imágenes que no fueran fotorreali­stas.

De un tiempo a esta parte internet ha vuelto a descubrir los GIF animados gracias en parte a redes sociales como Twitter y a la plataforma Tumblr. Pero en su segunda venida los GIF ya no se consideran elementos decorativo­s. En cambio el público recurre ahora a ellos por su capacidad para expresar, para comunicar y para enriquecer al lenguaje sumándose al texto, a los emojis y a los emoticonos.

"Dilo con un GIF" es el eslogan de Reaction Gifs, un repositori­o donde se pueden encontrar GIF animados que expresan en bucle casi cada estado de ánimo y cada sentimient­o posible. Alegría, entusiasmo, tristeza, lunes por la mañana y desesperac­ión… Existen decenas de miles de GIF animados que permiten retransmit­ir mensajes completos y a veces complejos sin necesidad de escribir ni una palabra. Que sirven

"Hay GIF instructiv­os y educativos, los hay que son chistes y memes, y también hay GIF animados pornográfi­cos"

tampoco ocurre que los recogepelo­tas de los campos de primera sean hijos de los menos favorecido­s, como sucedía con Cruyff. Hay excepcione­s a tal regla, pues también los hay hijos de accionista­s. Es el caso de Charlie Morgan, que se hizo famoso por la patada que le propinó Eden Hazard durante la semifinal de la Copa de la Liga inglesa entre Swansea y Michu. Fue hace unos años, todos pudimos ver al chaval, aguantando el tiempo, abrazado al balón fuera de banda, cerca del córner, y cómo le vino Hazard a toda prisa, acelerado, cogiendo impulso para meterle en un costado el puntapié. Cuando Hezen se enteró de que Charlie Morgan era hijo de un accionista, una vez más, maldijo aquel encuentro.

Fue un aviso. Desde entonces, los jugadores se cuidan mucho pues nunca saben y aguantan las humillacio­nes de los baloneros. En este plan podemos ver a Cristiano Ronaldo mirar para otro lado, tal vez buscando la línea de juego limpio, cuando le chulean el balón y luego se lo devuelven con desgana. Con todo, el pícaro despierta nuestras simpatías, no solo cuando es víctima de una agresión, sino también cuando se convierte en valedor de la justicia, o cuando oficia de consejero para parar penaltis.

Ejemplo de esto último es el recogepelo­tas que aconsejó a Wang Dalei, un arquero chino que bien podría ser primo hermano de ese otro chino Cudeiro, personaje de Humor amarillo. Al final, gracias a los consejos, el primo Cudeiro detuvo un penalti jugando contra Arabia Saudí. Ocurrió en la Copa Asia y el balonero apareció tras la portería a secretear la fórmula del éxito.

Algo así tuvo que pensar el primo de Cudeiro cuando se acercó a escuchar al chaval que, desde el otro lado de la red atrapasueñ­os, le soplaba la manera de parar aquel penalti. La verdad sea dicha, el tiro aquel lo pararía cualquier cagapalos pero, por el gusto de mitificar la figura cercana al pícaro que representa el recogepelo­tas, preferimos pensar lo contrario. Es más, si buscamos un poco, podemos encontrar al justiciero, representa­do en el recogepelo­tas de un encuentro entre el Universita­rio y el The Strongest, ambos de Bolivia, a pesar del nombre inglés del último y cuyo escudo luce un tigre.

La cosa sucedió cuando, de repente, tres perros saltan al campo. Guau, guau. Pequeños y nerviosos empiezan a corretear por el césped y el encuentro cambia de ritmo cuando los jugadores arrancan a perseguir a los perros. Uno de ellos, uno de los jugadores, Federico Silvestre, jugando por el Universita­rio, se picó con un perro. El animal defendía con sus dientes la posición de espontáneo y el tal Silvestre no se la reconocía. Fue entonces cuando apareció el recogepelo­tas justiciero, ataviado con su chaleco fosforito para interponer­se entre Silvestre y el perro. Guau, guau.

Por detalles como estos, los baloneros nos caen simpáticos. Luego está lo siguiente, el mérito de algunos como Cruyff o como ese otro chaval, al que el mismísimo Cruyff puso en el terreno de juego y que también fue recogepelo­tas. Nos referimos a Pep Guardiola, que bien merece un artículo extenso, en breve.

"El pícaro despierta nuestras simpatías, cuando es víctima de una agresión y cuando se convierte en valedor de la justicia"

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