TODAVÍA MÁS CHALADOS: LOS VILLANOS
Deadpool era un mercenario al servicio de un proyecto gubernamental llamado Arma-x, un plan que forzó sus límites físicos y psicológicos para activar sus genes mutantes. Según nuestra Guía rápida de trastornos de tebeo producidos por sucesos traumáticos, esto conduce a esquizofrenia, personalidad múltiple, tendencias psicopáticas y sociopáticas, y severa desconexión general con la realidad.
SOLUCIÓN DE TEBEO
No hay solución. Deadpool ha sido dado por imposible por el universo Marvel y, cuando sus caminos se cruzan con los de otro héroe, éste se limita a rezar. En serio, está desquiciado: dialoga con sus múltiples personalidades, cambia de humor constantemente y sus poderes mutantes (curación instantánea al estilo Lobezno y habilidad sobrehumana para el combate) potencian ese comportamiento alocado.
OTROS HÉROES CON PROBLEMAS SIMILARES
Tendríamos que ir al bando de los supervillanos y quedarnos con el Joker, que es mucho más que un simple sociópata. Los guionistas de los cómics le han ido adjudicando todas las enfermedades mentales posibles, y no es difícil verlo hablando consigo mismo o presumiendo de la más elemental falta de asideros con la realidad.
QUÉ SE HACE EN LA VIDA REAL
Deadpool es un personaje de tebeo en mayor medida que el resto de los que os hemos traído hasta aquí. Un catálogo de enfermedades mentales como el suyo es sencillamente imposible, pero quizá su desorden de personalidades múltiples y su alteración en la percepción de la realidad pueda identificarse con una interpretación fantasiosa de la esquizofrenia. Para combatirla y suavizar sus efectos se emplean medicamentos antipsicóticos, combinados con psicoterapia y rehabilitación. Si estos son los buenos… ¿cómo serán sus archinémesis? En efecto, con esta galería de desquiciados como héroes, cabe pensar que los villanos tienen que estar aún más tronados. Ya hemos mencionado al Joker, posiblemente el más demente de todos los bellacos, pero Batman tiene dónde elegir: su vida, de hecho, es un constante enfrentamiento con dementes con disfraz. Nuestro favorito es El Sombrerero Loco, un desnortado fan de Alicia en el país de las maravillas que se pasa el día secuestrando criaturas para convertirlas en protagonistas de su propio refrito del clásico literario. No olvidemos que cuando Batman detiene a los villanos no los manda a la cárcel, sino al Asilo Arkham, un manicomio de alta seguridad que tiene su propia ración de fantasmas esquizoides entre sus muros.