Sin data no hay patata
El 5G va a desterrar (otra vez) a tu antena de TV; y a tu wifi. Pero no por tu comodidad, sino para dar vida digital a todo lo que te rodea. Porque los datos son el petróleo de la próxima década.
Desengáñate: el "internet de las cosas" todavía no existe. Lo que tenemos hoy es poco más que una galería de novelties: una nevera con wifi y una pantalla en la que colocar emojis en vez de imanes; unos termostatos listos; una casa que empieza a aprender de ti y te escucha cuando hablas… La intención es que haya tecnología en todo: en un cepillo de dientes bluetooth y en unas plantillas para meter dentro de las alpargatas y que permitan que tus pies sientan la realidad virtual (no nos hemos inventado ninguno de estos ejemplos). Todo para que, en 2020, haya 50.000 millones de cosas conectadas, según la previsión de Cisco. Cosas inteligentes. Cosas que hablen con otras cosas.
Ahora mira un momento tu móvil y, sobre todo, tu tarifa de datos. ¿Cuánto tienes contratado al mes? ¿2,5 GB que se te quedan muy cortos? Quizás has visto que ya hay ofertas de 25 GB y te lo estás pensando. ¿Tienes buena cobertura? Vale, ahora ya sabes por qué el "internet de las cosas" todavía es un truco de marketing y no una realidad más allá del Apple Watch, la Fitbit o el mando a distancia de las smart TV de Android. No tienes datos ni para ti, como para dejárselos a tus cosas. Es el mismo problema que aún nos separa de los drones que lleven mercancías a domicilio, de los coches definitivamente autónomos y de la casa que haga la compra por ti. El cuello de botella que tenemos que solventar en los próximos cuatro años.
Brian Krzanich, el director ejecutivo de Intel, presentó este problema a finales de 2016 en Automobility, el salón del automóvil de Los Ángeles en el que se dan la mano motor y tecnología. Vamos a necesitar muchos datos. Muchísimos. Nosotros, los humanos, estaremos llenando internet de clips en altísima resolución o de fotos 360º; y mantendremos (vídeo) conferencias en realidad virtual o aumentada. Entre enviar y recibir y sincronizar nuestros dispositivos, estaremos consumiendo hasta 1,5 GB al día (cálculo que nos parece conservador, pero venga: aceptamos barco). Sin embargo, es lo de menos: en el auténtico "internet de las cosas", los humanos ocuparemos una pequeñísima parte en el flujo de información. Y por eso es tan relevante la llegada del 5G.
En 2020, con el impulso de todas las telefónicas y tecnológicas del planeta, se espera el desembarco de las redes 5G, en las que cada cacharro actúa como un nodo y un router para todos los demás. Es una red reforzada por satélites minúsculos en órbita baja, con velocidades de transmisión hasta cuatro veces superiores a la mejor fibra que puedes contratar hoy día. Tan necesaria que, por tercera vez desde que se anunció lo de la TDT, vas a tener que cambiar la antena de casa (nuestro consejo: arráncala. La antena es una innecesaria lápida del siglo XX). Si el auge de las inteligencias artificiales te da miedo, piensa esto por un momento: dentro de tres años van a quitarle la frecuencia del espacio radioeléctrico a las televisiones para darles su propia red móvil. Pensada para ellas, no para ti. Porque a ti con el 4G te basta. Después de todo, sólo eres humano.