ENTREVISTA
Luis Tosar, ahora en la piel de un polizón rumbo a Yucatán.
Como le sobra arrojo, Luis Tosar no quiere verse limitado por un determinado género: hoy le tenemos de vuelta en Yucatán, una delirante comedia firmada por Daniel Monzón.
Ha trabajado a las órdenes de muchos de los cineastas más prestigiosos de nuestro país (Vicente Aranda, Álex de la Iglesia, Fernando León, Icíar Bollaín, Julio Medem…) y ha compartido plató con colosos de la talla de Penélope Cruz, Javier Cámara, Ricardo Darín, Gael García Bernal o Javier Bardem. También se ha metido en la piel de algunos de los villanos con mayor presencia en el imaginario fílmico de nuestro país (Malamadre en Celda 211 o el portero stalker de Mientras duermes). Prácticamente cada año, si tiene proyecto nuevo bajo el brazo, es un fijo en la quiniela de los Goya. Luis Tosar (Lugo, 1971) se sabe privilegiado: no son muchos los actores españoles que atraviesan la madurez con la agenda repleta de compromisos. "Sé que he tenido muchísima suerte. Hay películas que han provocado que me llamasen para un montón de
nuevos proyectos. No se trata de tener talento, sino de participar en una película que logre impactar. Muchas otras no han tenido ese efecto llamada, pero me siento un actor afortunado. La mía es una profesión extenuante si la cosa no arranca. Puede desesperar y frustrar, tanto a nivel profesional como emocional. Cuando asciendes por una montaña así de elevada, te puedes quedar a medio camino si en el momento necesario no encuentras un agarre", nos cuenta.
Es curioso que, a pesar de encabezar mil y un proyectos aquí y allá, de haber demostrado una versatilidad asombrosa, se nos haga algo raro ver a Tosar haciendo comedia. En Yucatán, la nueva película de Daniel Monzón, en la que también participan Rodrigo de la Serna y Stephanie Cayo, Luis Tosar encarna a un estafador que se cuela de polizón en un crucero. Su objetivo es pegarle el palo a un pasajero que recientemente ha ganado el bote del (oh, sí) Euromillón. "No es habitual verme en un papel como éste, pero Daniel me ofreció una aventura que implicaba rodar en México y en Tenerife y ni me lo pensé. Hemos trabajado juntos cuatro veces; para mí ya es como un hermano", explica. La trama de Yucatán se enreda hasta lo imposible: si algo puede salir mal… saldrá catastrófico. Y ya se sabe: la realidad siempre supera la ficción. "La parte que rodamos en el barco fue desquiciada… en todos los sentidos. Tuvimos que grabar y compartir espacios con pasajeros brasileños que nada tenían que ver con el filme. Ellos estaban de vacaciones y nosotros trabajando. Los rodajes suelen ser molestos, de ahí que amenazasen con amotinarse por nuestra culpa. Fue curioso y divertido; y creo que parte de ese clima se percibe en el montaje final", añade.
Semanas después de colocar esta comedia en cartelera (desde finales de agosto en cines), Tosar regresará con La sombra de la ley, un drama policíaco ambientado en la España de los años 20, un lugar gris y una década convulsa en la que el caos reina en las calles. "Ambos son proyectos muy diferentes, pero uno tiende a preparar cada personaje desde los lugares en los que se siente cómodo. A partir de ahí le tratas de dar verdad al personaje, de escoger el tono adecuado para cada secuencia, de darle más o menos dramatismo o comicidad al diálogo. Al final, tenemos un material entre manos y lo desarrollamos en pos de un fin, que es narrar una historia". Palabra de maestro, consejo de sabio.
LA MÍA ES UNA PROFESIÓN EXTENUANTE. PUEDE DESESPERAR Y FRUSTRAR SI LA COSA NO ARRANCA