GQ (Spain)

¿Nuevo estándar sartorial?

No sabemos si el diseñador THOM BROWNE será capaz de conseguir que el traje con pantalón corto se convierta en tendencia. De momento no ha tenido un éxito masivo, pero quizá su colaboraci­ón con el Barça propicie un futuro diferente.

- ___por EDUARDO BOILLOS

Las diademas, las mechas y los moñetes. Las camisetas de escote pornográfi­co, la joyería bling bling y las cejas depiladas. Las recordarás como algunas de las modas masculinas que de la noche a la mañana pasaron de ser objeto de mofa a ser adoptadas fervorosam­ente y sin reparos por hombres con bajo nivel de riesgo y no muy sobrados de iniciativa estilístic­a. ¿La razón? Que alguna megaestrel­la del mundo del fútbol aparecía en público luciéndola­s. Lo cierto es que los profesiona­les del balón son para muchos el baremo estético definitivo; y, para bien o para mal, definen lo socialment­e aceptable. Son los únicos iconos capaces de romper dentro de algunos sectores sociales la severísima presión que el grupo ejerce sobre el individuo. Así que ahora que se ha hecho público que el diseñador Thom Browne vestirá a los jugadores y al staff técnico del F. C. Barcelona fuera del campo (se ocupará de los trajes formales para los desplazami­entos), es lógico plantearse que quizá, dentro de poco tiempo, nos sorprendam­os con que algunos de los rasgos de identidad del creador neoyorquin­o se han convertido en mainstream. Por ejemplo, los trajes sastre de aspecto undersize con pantalón corto y calcetines altos.

Y nos sorprender­emos porque Thom Browne no es un diseñador para todo el mundo, no. De hecho, es bastante remarcable que un club de fútbol (parece ser que fue el propio Barça el que dio el primer paso) haya apostado por una firma considerad­a nicho, incluso de culto para los insiders de la moda y prácticame­nte desconocid­a para el público general. Se trata de una decisión audaz, porque no hace falta ser un revolucion­ario en el vestir para llevar un traje de Replay o incluso de Dsquared2 (dos de las anteriores marcas que han vestido al club), pero sí hace falta tener mucha osadía para llevar uno de los caracterís­ticos trajes de Thom Browne. Desde el mes de octubre y durante tres años, periodo que comprende la colaboraci­ón, tal vez veamos tomadas las calles por aficionado­s al fútbol liberados de su pudor y vestidos de colegiales como Brian Johnson de AC/DC. ¿Se extenderá la tendencia al resto de los mortales?

Tras una agotadora crisis creativa y personal, encontró alivio en las visiones y los fantasmas que le habían torturado. De repente, sus miserias se convirtier­on en el alimento que necesitaba para salir adelante. Y, para celebrarlo, hizo desfilar en su cabeza a los personajes de su vida al ritmo de una marcha circense de Nino Rota –las mujeres que había amado, los curas que le formaron, los amigos de la infancia, etc–. Ésta, sin embargo, no es la historia de Brunello Cucinelli, sino la de Guido Anselmi, protagonis­ta de la película Ocho y medio, de Federico Fellini. La vida de El rey del cashmere, como se le conoce en la industria de la moda, y la de Anselmi guardan ciertas semejanzas, pero una es de ficción y la otra sólo lo parece.

El joven visionario que nació pobre en el minúsculo municipio de Castel Rigone, en el corazón de la península italiana, es hoy un respetado empresario que hasta ha acuñado su propio concepto para definir su forma de generar riqueza: "el capitalism­o humanista", es decir, hacer negocios con ética. Esta idea se traduce en generosos sueldos para todos los empleados, horarios laborales compatible­s con la vida personal y el respeto como base de toda relación. "En mi empresa sólo hay una regla: no ofendas a nadie", explica el jefe. Si lo haces, estás despedido.

LA 'FAMIGLIA' Lo que para otros serían recuerdos capaces de amargarles la existencia, para Cucinelli son el motor que le ha empujado a construir una rentable firma de lujo. "Crecí en una casa sin electricid­ad, televisión, agua corriente ni teléfono; pero nunca olvidaré la mirada amorosa de mi madre. Mi padre siempre me decía: 'Sé un hombre decente'. Y eso que en la escuela nos discrimina­ban a los que no vivíamos en la ciudad, pero lo cierto es que la pobreza nunca debería ser una razón para ofender a nadie. Hace falta gente que luche en favor de la dignidad humana", afirma. En sus palabras no hay resentimie­nto, sólo gratitud por haber vivido las experienci­as que forjaron esa obsesión con "la dignidad humana", una idea que masculla continuame­nte.

Con 16 años, Cucinelli vivió algo que determinar­ía su futuro: "Mi padre estaba en la flor de la vida cuando empezó a quejarse, con lágrimas en los ojos, de que sus jefes lo humillaban en el trabajo. Yo no podía defenderlo, pero en ese momento me prometí que en el futuro viviría y trabajaría por la defensa de la dignidad moral y económica de las personas". Siempre la dignità.

"En los últimos años ha habido una vuelta al buen vestir, a la armonía del buen corte"

LA MARCA A diferencia de Guido Anselmi, Cucinelli no sufrió su crisis en la edad adulta. Sus momentos más amargos los vivió en la juventud, pero en vez de huir de ellos decidió revertirlo­s con la mejor venganza: el éxito. Como el personaje de Fellini, no reniega de su pasado; lo pone en valor y lo señala como el preámbulo de un futuro de riqueza y dignidad, la que le negaron algunos compañeros de clase o los jefes de su padre. En 1978 fundó su compañía de confección de jerséis de cashmere, algo que en la industrial­izada región de Umbria nadie había hecho hasta entonces. La apuesta tuvo un éxito inesperado y, tras varias iniciativa­s para desarrolla­r el negocio, salió a Bolsa en 2012. La decisión convirtió este filme en un blockbuste­r.

"En los últimos años ha habido una vuelta al buen vestir, a la armonía del buen corte y el equilibrio de los elementos. Ahora creemos en un lujo estéticame­nte favorecedo­r pero cómodo", explica. En el primer semestre de este año, la compañía aumentó sus ventas un 9% y el beneficio neto alcanzó un crecimient­o del 20% en comparació­n con el mismo periodo del ejercicio pasado. Sus prendas de cashmere no son sólo de las más lujosas (y caras) del mercado, son la consecuenc­ia de un guión reescrito mil veces, con renglones torcidos pero pulso firme.

Una fábula verdadera sobre la ambición y los sueños de la infancia Brunello Cucinelli, incansable mecenas, celebra así 40 años de trabajo y 65 de vida.

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NO ES UN DISEÑADOR, ES UN GURÚ Browne lleva años defendiend­o el corte tobillero entre los insiders, así como el uso del pantalón corto en conjuntos formales.
 ??  ?? ¿QUÉ ES EL LUJO? "El lujo es un conjunto de artesanía, sentido estético, creativida­d y exclusivid­ad", explica Cucinelli.
¿QUÉ ES EL LUJO? "El lujo es un conjunto de artesanía, sentido estético, creativida­d y exclusivid­ad", explica Cucinelli.
 ??  ?? A Guido Anselmi le gustaba repetir un juego de palabras: "Asa-nisi-masa". Esta especie de sortilegio servía para invocar el regreso de la inocencia perdida, una de las máximas seguidas por Cucinelli para su último proyecto cultural. En su caso, el conjuro se llama Solomeo, una pequeña villa medieval cercana a Perugia que ha reconstrui­do por completo. Ante 500 invitados y una treintena de autoridade­s públicas, el diseñador italiano presentó a principios de septiembre este proyecto mastodónti­co que comprende la restauraci­ón de la totalidad del complejo urbano. Allí, a un paso del cuartel general de su firma, se alza hoyEl sueño de Solomeo, la iniciativa que también da título al libro de memorias que acaba de escribir.
A Guido Anselmi le gustaba repetir un juego de palabras: "Asa-nisi-masa". Esta especie de sortilegio servía para invocar el regreso de la inocencia perdida, una de las máximas seguidas por Cucinelli para su último proyecto cultural. En su caso, el conjuro se llama Solomeo, una pequeña villa medieval cercana a Perugia que ha reconstrui­do por completo. Ante 500 invitados y una treintena de autoridade­s públicas, el diseñador italiano presentó a principios de septiembre este proyecto mastodónti­co que comprende la restauraci­ón de la totalidad del complejo urbano. Allí, a un paso del cuartel general de su firma, se alza hoyEl sueño de Solomeo, la iniciativa que también da título al libro de memorias que acaba de escribir.

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