GQ (Spain)

"Con 'Justified', Justin Timberlake pasó de ser el querubín de rizos de oro al rey de la MTV"

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Tras diez millones de discos vendidos en EE UU, había llegado el momento de zarpar en solitario. A menudo tendemos a subestimar el alcance potencial de estos chicos que se encuentran tras este tipo de formacione­s, pero las grandes compañías siempre toman buena nota desde sus despachos.

BAILANDO SOLO Con Justified, en 2002, Justin Timberlake pasó de ser el querubín de rizos de oro a convertirs­e en rey de la MTV y sex symbol de Occidente. No obstante, su debut como solista sorprendió sobre todo a la crítica, que comparaba las notas de Rock Your Body y de Cry Me a River con el sonido Motown.

Antes de publicar tan histórico disco, todos pensaban que el resultado iba a ser un álbum de laboratori­o con algún one-hit wonder, pero Timberlake no estaba de broma. Cerró bocas. El riesgo no era pequeño rescatando aquellos sonidos del pasado que nada tenían que ver con el sonido Zomba, pero hubo recompensa: el respeto de la música negra, como Pharrell, Brian Mcknight, The Underdogs o Danja.

Tras dos premios Grammy (de un total de diez obtenidos a lo largo de su carrera) y el pacato escándalo de la Superbowl al lado de Janet Jackson, Timberlake esperó cuatro años para preparar su segundo disco, Future Sex/love Sounds, con Timbaland. Esta nueva entrega, con sonidos que recordaban al Prince de The New Power Generation y con hits como Sexy Back o My Love, vino a reafirmar que su carrera en solitario no sería una mera anécdota. La imagen que proyectaba de joven gentleman hizo que el mismísimo Tom Ford lo reivindica­se como un icono de moda.

Cuando actuó al lado de Beyoncé en los Fashion Rocks de 2008, cantando Ain't Nothing Like The Real Thing, ya no cabía la menor duda de que estábamos ante la verdadera voz blanca del R'N'B. Timberlake había venido para quedarse. Su teléfono no paraba de sonar. Desde Madonna a 50 Cent le pedían featurings. Pero una vez consolidad­o como músico de prestigio, sintió que había llegado la hora de una asignatura pendiente: el cine. Siguiendo la tradición americana de grandes nombres de la música adoptados por las pantallas, Timberlake se lo tomó en serio. Sus intervenci­ones en Saturday Night Live (que le valieron cuatro Emmy) y la expresivid­ad que derrochaba en sus directos le revelaban como potencial total showman. Y así fue.

TODO LO HACE BIEN Curiosamen­te, las películas en las que ha participad­o son títulos inolvidabl­es, como La Red Social de David Fincher. También se lució de macarra en Alpha Dog, o como un gran cómico en la soberbia Bad Teacher, al lado de Cameron Diaz (con quien formó una de las parejas más gamberras de los 2000); incluso como héroe de acción en In Time. Ha trabajado con los hermanos Coen y con Woody Allen. Con él, La La Land hubiese sido otra película. Pero no se puede tener todo: Justin se llevó a Britney y Gosling, La La Land.

Los años ausentes de la industria musical se vieron recompensa­dos con The 20/20 Experience, el mastodónti­co disco que tuvo secuela. Y tras el pelotazo mundial de Can’t Stop The Feeling, que llegó a estar incluso nominada a los Oscar, llegó su disco de madurez, Man of the Woods, y otra Superbowl.

Parece que fue ayer cuando arrancaba a todo gas su carrera en solitario: cuando Timberlake citaba a Stevie Wonder y a Michael Jackson entre sus influencia­s. Hoy, Shawn Mendes, Justin Bieber o Charlie Pugh lo citan a él. Al primer ministro del pop. Y, por si fuera poco, gracias a Levi's, ahora podemos vestir como él. Bienvenido­s a América.

 ??  ?? 100% ESPÍRITU AMERICANO La colección Levi's x Justin Timberlake Fresh Leaves está disponible en tiendas Levi's selecciona­das de todo el mundo, levis.com y puntos multimarca.
100% ESPÍRITU AMERICANO La colección Levi's x Justin Timberlake Fresh Leaves está disponible en tiendas Levi's selecciona­das de todo el mundo, levis.com y puntos multimarca.

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