El lujo asequible
El director general de FRÉDÉRIQUE CONSTANT tiene acento holandés, una altura considerable y simpatía a igual escala. Es el rostro del nuevo lujo.
Se llama Niels Eggerding, tiene 40 años, dos hijos y no lleva anillo de casado porque el reloj es para él ese círculo perfecto que le toma el pulso a la vida y a su estado civil. Niels es el director general de Frédérique Constant, la firma suiza de relojes que acaba de celebrar en París su 30º aniversario y que desde hace dos años pertenece a Citizen (el gigante nipón que agrupa, además de al Holding Frédérique Constant –compuesto por la marca que le da nombre, Alpina y Atelier Demonaco–, a la americana Bulova y a las firmas de La Joux-perret S.A., Angelus y Arnold & Son).
Niels inició su carrera en este sector hace 20 años como becario de varias marcas, entre ellas Frédérique Constant (estaban predestinados) para luego debutar en el grupo Swatch en las firmas Certina, Rado y Longines, de la cual fue director para el Benelux.
Entre la prensa especializada es más conocido como el actual brazo ejecutivo del "clan de los holandeses". Y es que Frédérique Constant fue creada en 1988 por los hasta ahora presidentes Peter y Alleta Stas, un matrimonio holandés que tuvo una idea tan subversiva como honesta: crear relojes de estilo clásico, Swiss made, pero a precios razonables. Una estrategia que les ha situado en el epicentro de las manufacturas relojeras con productos de impecable desarrollo y precio ajustado, que a partir de ahora es responsabilidad exclusiva de Eggerding.
30 AÑOS Y CRECIENDO Aunque para este aniversario la firma ha lanzado el Calendario Perpetuo Tourbillon Manufacture (que aúna las dos complicaciones estrella de la casa: el tourbillon de 2008 y el calendario perpetuo de 2016), Frédérique Constant va a seguir en la misma línea discreta, introduciendo las complicaciones paulatina y racionalmente.
Pero que nadie se equivoque. Lo más importante es que el éxito no les va a hacer perder la cabeza, nos dice Niels, y van a seguir respetando su política de precios. Y esto queda claro, porque el nuevo modelo tiene un precio de 29.995 € en oro rosa, 19.995 € en acero chapado en oro rosa y 19.495 € en acero (para quien no conozca los dígitos que se manejan a estos niveles de complicación, hay que decir que el resto de las marcas del sector los sobrepasan con creces).
Pero hay otros tres elementos que hacen de Frédérique Constant una marca en plena efervescencia: el producto en sí, impecable, y la distribución, que gracias a la amplia red proporcionada por el grupo Citizen abarca mercados hasta ahora algo herméticos para sus productos, como China y Japón. De modo que a fecha de hoy disponen de 3.000 puntos de venta en todo el mundo y una producción anual de 160.000 piezas, que piensan incrementar en el futuro. "El cuarto factor de nuestro éxito es la gente que trabaja en la casa que, como Peter y Alleta, son para mí lo más importante", ultima Eggerding.