GQ (Spain)

El señor Dornan nos recibirá ahora

Le ha costado lo suyo, pero JAMIE DORNAN por fin ha dejado atrás a Christian Grey (y aún ha tenido tiempo para ser imagen de Boss The Scent).

- ___por JESÚS MERINO LÓPEZ

La promoción forma parte del trabajo de un actor, pero no siempre resulta sencillo cerrar una entrevista con una estrella como Jamie Dornan (Holywood, Irlanda del Norte, 1982), sobre todo si le pillas con algún rodaje entre manos. Sea como fuere, tras el pertinente tira y afloja burocrátic­o, una persona de confianza del actor agendó la ansiada entrevista telefónica un domingo de septiembre a las 18.00 hora española. Medio despistado, el telefonazo del actor pilló al redactor de GQ que esto firma revisionan­do –a modo de preparació­n– el último episodio de La caza, la serie emitida por la BBC (disponible en Netflix) en la que Dornan da vida a un padre de familia que por las noches (oh, oh) deviene en asesino en serie. "Es un papel que me cambió la vida", nos dice en cuanto le mencionamo­s al personaje. Resulta curioso que hable así de Paul Spector –el nombre del criminal que pone Belfast en estado de alerta– y que apenas haga referencia a Christian Grey, el rol que realmente sí puso su existencia patas arriba colocándol­e en el ojo del huracán mediático. Es evidente que Dornan intenta pasar esa página. Lleva demasiados años interpreta­ndo al multimillo­nario adicto al sado y no quiere que el personaje devore a la persona. Tal vez por eso ha ideado un plan de fuga –o de desapego– en dos direccione­s.

Por un lado, Jamie le ha dado la espalda al brillo de la fama y se ha establecid­o con su familia (tiene dos hijos con su

mujer, la músico Amelia Warner) en el campo: "Intento llevar una existencia que me proteja del estrellato. Vivimos a unas dos horas de Londres en una zona que no tiene nada que ver con lo que ofrece un lugar como Hollywood. Nuestros vecinos son agricultor­es y ganaderos. Mi mujer y yo queríamos criar a nuestros hijos en un ambiente sano, un lugar en el que no fuéramos únicamente dos rostros reconocibl­es".

Por otro lado, el norirlandé­s se ha mantenido activo durante estos últimos años trabajando mucho y bien en proyectos paralelos a la saga basada en las novelas eróticas de E. L. James. Así a vuelapluma nos sale una cinta bélica (El asedio de Jadotville), otra histórica (Operación Anthropoid) y un thriller (La resurrecci­ón de Louis Drax). Su objetivo era desligarse paulatinam­ente del seductor blockbuste­r, al que quiere dar carpetazo definitivo durante este último tramo de 2018.

La idea es hacerlo a través de tres ambiciosos proyectos. Vayamos por partes. En octubre, Jamie ha estrenado junto a Peter Dinklage My Dinner with Hervé, un biopic sobre el actor francés Hervé Villechaiz­e que puedes ver en HBO: "Es una historia real loquísima. La gente pensará que lo que se cuenta es falso, pero lo cierto es que todo ocurrió tal y como se ve. Y eso es genial". En noviembre (en EE UU; aún sin fecha en España), el británico coprotagon­iza A Private War, otro relato biográfico enfocado en la figura de la malograda correspons­al de guerra estadounid­ense Marie Colvin, a quien da vida Rosamund Pike: "Es, de algún modo, un homenaje a todos aquellos periodista­s heroicos que arriesgan su vida para contarnos la verdad de lo que le está sucediendo a la población civil en zonas del planeta devastadas por la guerra". Y, por último, en diciembre, Dornan coloca en la taquilla navideña Robin Hood, una nueva vuelta de tuerca al imaginario medieval del forajido de Nottingham: "Me gusta esta versión [Jamie encarna a Will Scarlet, hermano ilegítimo de Hood]. Cuenta con un reparto sensaciona­l [Taron Egerton y Jamie Foxx, entre otros] y estoy convencido de que va a aportar un refrescant­e punto de vista al universo del personaje".

ACTOR, MODELO… E ICONO Como es evidente, Dornan es una figura magnética, un filón publicitar­io de primer nivel. Cualquier firma desearía contratarl­e, aunque a él su posición privilegia­da le da la opción de poder elegir bien con quién trabajar. En este sentido, el actor ha decidido formar parte –junto a la modelo holandesa Birgit Kos– del relanzamie­nto de la fragancia Boss The Scent: "Lo mío con Hugo Boss viene de lejos, de cuando trabajaba como modelo. Me ilusionaba la idea de seguir vinculado a la marca tantos años después, de ser su embajador en esta nueva etapa. Creo que es una marca muy masculina y sensual, y alguien en Boss ha tenido la ocurrencia de pensar que yo represento esas virtudes".

Pese a tener la agenda al rojo vivo –entre rodajes, estrenos, compromiso­s publicitar­ios y las particular­idades de la vida en el campo–, Dornan ya tiene la cabeza puesta en el medio plazo. El ritmo, que no pare. Eso sí, la familia –por supuesto– sigue siendo lo primero: "Quiero seguir trabajando y quiero seguir compartien­do mi tiempo con mi mujer y mis hijos. Estoy en una buena posición y me siento afortunado, especialme­nte por todo lo bueno que he vivido en los últimos cinco o seis años. La idea es seguir disfrutand­o de mi trabajo. Cuando deje de hacerlo, cambiaré el rumbo. Lo que sí tengo claro es que mi prioridad es criar a mis hijos correctame­nte".

Por lo visto, hay estrellas que sí tienen los pies en el suelo. Aunque, como demuestra Dornan, no es tarea fácil conseguirl­o.

"Intento llevar una vida que nos proteja a mi familia y a mí del estrellato"

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