Ese 'je ne sais quoi'
Para vender un producto premium, no basta con ser capaz de hacerlo. Tiene que acreditar también ese 'algo' intangible que el NUEVO TOUAREG, al fin, exuda por los cuatro costados.
Volkswagen lleva muchos años instalada en la comodidad de su posicionamiento semi-premium. Tras el fiasco del Phaeton, los de Wolfsburg se convencieron de que para ser percibido como un fabricante premium de verdad no sólo hace falta serlo, sino también parecerlo; y de que el comprador de una berlina de lujo tiene suficientes prejuicios respecto a su estatus como para adquirir un producto de una marca sin la suficiente legitimidad en el segmento. Legitimidad que a VW le sobra en el que hoy en día es su buque insignia: el Touareg. Basta contemplar el rotundo diseño de la nueva adición a la franquicia, así como sus espectaculares acabados y la impresionante tecnología que introduce, para entender que los alemanes nos han colado un producto premium por la puerta de atrás. Sin hacer sonar ninguna alarma. Y de que esta vez la propuesta sí que tiene todo el sentido del mundo: un vehículo avanzado, moderno y exclusivo que no descuida su tradicional comportamiento off-road. El nuevo Touareg es un SUV grande con argumentos para competir de tú a tú contra sus hermanos de Audi, amén de contra otras marcas de campanillas. No es un Tiguan con esteroides. Es algo más. Y ese algo más es, precisamente, lo que está buscando 'ese' cliente.