FOTOGRAFÍA
De haber existido Instagram hace 50 años, OSCAR ABOLAFIA habría alcanzado categoría de 'influencer' gracias a sus cientos de fotos de famosos.
Nadie ha retratado a las grandes 'celebrities' del siglo XX como Oscar Abola a.
Empecé a trabajar en una época en la que todo era diferente. Mis imágenes evocan recuerdos de tiempos más simples y desencadenan sentimientos de nostalgia", nos cuenta Oscar Abolafia (1935), con quien hablamos aprovechando la reedición de Icons by Oscar (Lanoo Publishers), un libro recopilatorio que incluye 150 fotografías en color y blanco y negro que nos acercan a una era –años 60, 70 y 80– en la que "la palabra estrella todavía significaba algo": "Te doy dos ejemplos claros: Elizabeth Taylor y Farrah Fawcett. Al ver sus retratos, uno entiende que son más que una cara bonita; puedes sentir su emoción y humanidad. Y esto es precisamente lo que yo siempre he buscado con mis fotos: encontrar una conexión con quien está al otro lado". Su lista de clientes de
prestigio es amplia: Frank Sinatra, Sophia Loren, Elvis y Priscilla Presley, Marlene Dietrich, John Lennon y Yoko Ono, Janis Joplin, Mick Jagger, Jack Nicholson, Fred Astaire, Audrey Hepburn, Dolly Parton, Elton John, Marlon Brando… Es evidente que Oscar Abolafia puede presumir de portfolio.
Y así lo hace: "Soy un privilegiado por haber iniciado mi carrera en los años
60, con todo lo que estaba sucediendo a nivel sociocultural. Las calles vibraban con los Beatles, Andy Warhol y su Factory… Yo coincidí con los grandes protagonistas de la cultura pop del siglo XX".
Ante semejante surtido de nombres, uno no puede evitar pedirle a Oscar que nombre a su celebridad favorita. Sorprende que ni siquiera se tome un minuto para pensarlo. Lo tiene bien claro: "Sin lugar a dudas, Elvis Presley. Siempre he intentado mostrarme tranquilo con todas las personas famosas con las que he trabajado, pero con Elvis no pude: ¡Demasiada grandeza! Me sentí abrumado ante él, a pesar de que se mostró muy amable en todo momento. De hecho, quizá precisamente fuera eso lo que más me impresionó de él".
Al margen de su popularidad, Oscar recalca que el objetivo final de su trabajo siempre ha sido "mostrar a las personas con su dignidad y humanidad intactas", del mismo modo que defiende la publicación de un libro en formato físico en el entorno de unos y ceros en el que vivimos: "Piensa en ti mismo sentado con unos amigos alrededor de un hermoso libro ilustrado. Casi de un modo inconsciente, alguno de ellos lo cogerá y le echará un ojo. Inmediatamente, habrá una conexión e interactuaréis entre vosotros para comentar cualquiera de las imágenes. Serán buenas o malas, pero en el grupo se habrá creado un vínculo que muy difícilmente se puede generar en torno a la pantalla de un móvil o un ordenador".