Vodka con acento francés
El 22º aniversario de GREY GOOSE bien merecía volver adonde todo empezó. Con François Thibault, padre del primer vodka galo de Cognac, como anfitrión.
Fueron dos días de convivencia y aprendizaje en los que se revelaron los detalles del destilado, del placer de la mesa y del arte del cóctel. Conocer Le Logis, una residencia señorial del siglo XVII que es el alma de Grey Goose, rodeada de un mar de viñedos en el corazón de Cognac, es un privilegio que te convierte en embajador de la marca. La ocasión sirvió para recordar el desafío que hace más de 20 años supuso asociar la idea del lujo y el savoir faire francés con la calidad de su trigo.
El objetivo era hacer un vodka en la cuna del propio François Thibault. Sidney Frank, veterano hombre de negocios estadounidense y bon vivant, fue el que lanzó el reto de su vida al entonces joven Maître de Chai (el título más alto de los espirituosos en Francia, garante de la excelencia del cognac). "Ésta es una región muy tradicional, no se puede decir que las puertas estuvieran muy abiertas cuando nació Grey Goose", reconoce Thibault. Y es que, en este valle de los espirituosos, las bodegas siempre se dedicaron a la elaboración de otro tipo de destilados. Pero el suyo no iba a ser uno más, porque "el desafío era hacerlo mejor", igual que se hace con el cognac, pero fermentando trigo blando de invierno de Picardie, el utilizado en la alta pastelería francesa, y añadiendo agua de manantial de Gensac-la-pallue.
Para redondear el resultado final, diseñó el sistema de fermentación en "cascada" de seis contenedores, concentró la calidad en una única destilación, –"la única es la buena"–, y ajustó cada parámetro hasta lograr un vodka confortable en nariz y suave en boca, capaz de elevar los aromas de un Dry Martini, su cóctel favorito. La alquimia guiaba hacia un vodka más allá del envoltorio: "Grey Goose ha cambiado la concepción que se tenía del vodka como gran espirituoso". El ganso, símbolo migratorio de esa alianza franco-americana, sobrevuela victorioso Le Logis.