GQ (Spain)

Hablamos con Asa Butter eld sobre ese concepto tan cargado de connotacio­nes como es el sexo.

Por fin regresa una serie tan divertida como necesaria, 'Sex Education'. Hablamos con ASA BUTTERFIEL­D sobre su papel en esta comedia de amplias miras.

- ___por JESÚS MERINO LÓPEZ

En los primeros 2 minutos y 43 segundos de la segunda temporada de

Sex Education, justo el tiempo que transcurre desde que suena el timbal de Netflix hasta que salta el título de crédito de la serie, Otis Milburn (el personaje protagonis­ta, al que da vida el aquí presente Asa Butterfiel­d) se masturba un total de 13 veces. Ni una más, ni una menos (sí, las hemos contado; el rigor es primordial en esta redacción). El citado arranque incluye una sucesión de planos en los que se nos deja claro cristalino que Otis no puede –ni quiere– evitar sucumbir a las exigencias de la edad. En la cama, en la ducha, en el bosque, en los campos de entrenamie­nto del instituto, en el coche…

Como no podía ser de otra manera si tenemos en cuenta el tono de esta fabulosa comedia británica, la secuencia se cierra de un modo abrupto y muy poco digno. Este ejercicio de síntesis nos recuerda por qué Sex Education se ha convertido en una de las puntas de lanza de Netflix. La ficción creada por Laurie Nunn triunfa porque se olvida de moralinas y habla sobre sexo mirando directamen­te a los ojos de los espectador­es: a pesar de regalarte un buen puñado de carcajadas por episodio, la ficción no rehuye abordar temas como el consentimi­ento, la presión de grupo, las relaciones homosexual­es, el aborto o el acoso digital ni hablar abiertamen­te de algunos estigmas como el vaginismo o la eyaculació­n precoz. Todos estos asuntos confluyen de tal manera que el resultado de este encuentro sorprende por su claridad, su cercanía y su espontanei­dad.

Y por su valentía para colocar sobre la mesa del debate social ese concepto tan cargado de connotacio­nes como es el sexo. "Es un tema complicado, especialme­nte para la gente joven. Los chicos y chicas no saben cómo tratar el asunto con sus padres. Incluso para la gente adulta es difícil lidiar con un tema así. De algún modo, a mí me gusta pensar que Sex Education ha logrado romper el hielo en este sentido. Creo que ha conseguido abrirle puertas a las conversaci­ones sinceras y naturales. Sobre todo porque hemos tratado de mostrar que una relación no tiene que ser siempre sexy o satisfacto­ria. También se pueden dar situacione­s comprometi­das, incómodas o vergonzant­es, sobre todo durante las primeras veces. Hablar con honestidad sobre esto ayuda a que seamos más consciente­s de todo lo que implica mantener un encuentro íntimo con otra persona o incluso contigo mismo. Todos hemos pasado por esto a una determinad­a edad, pero aun así sigue siendo un asunto cargado de tabúes y limitacion­es", nos cuenta Asa (Londres, Inglaterra, 1997) por teléfono poco antes de estrenar la segunda tanda de episodios de la serie, que llega a la plataforma el 17 de enero.

JOHN HUGHES ESTARÍA ORGULLOSO

Como ya sabes, Otis es un chico timorato cuya madre es una terapeuta sexual con una destreza pasmosa para ponerle colorado. Él, sin embargo, aprovecha sus lecciones para abrir un gabinete en el instituto y ayudar, en la medida de sus posibilida­des, a otros adolescent­es atormentad­os por todo lo relacionad­o con el sexo. La madre cobra vida en la ficción a través de Gillian Anderson, devenida hoy en una de las actrices más magnéticas de la televisión. Para Asa, compartir escenas con una intérprete de semejante categoría es un regalo que le ha dado la profesión en el momento más indicado de su carrera: "Ya había trabajado antes con grandes actrices, como Eva Green

[en El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares] o Vera Farmiga [en El niño con el pijama de rayas], pero ahora soy un poco más adulto [22 años] y entiendo mejor la importanci­a de tener enfrente a una maestra como Gillian. Cuando empezamos a rodar juntos, todo fue muy rápido y sencillo. Apenas tuvimos tiempo de conocernos previament­e, pero ella logra que todo fluya con naturalida­d. Además, es una mujer muy divertida. Hemos compartido secuencias en las que se supone que mi personaje debe estar enfadado con el suyo, pero ella se desenvuelv­e de tal manera que me resulta muy difícil ocultar la sonrisa". En paralelo, Otis hace su vida con su mejor amigo, Eric Effiong (Ncuti Gatwa), un chico negro homosexual que no termina de hallar su lugar en el mundo; y con su socia, Maeve Wiley, una joven algo inadaptada que vive sus tormentos personales en silencio. "A través de nuestras relaciones se dan forma a los temas que conforman la serie. Me encanta que la amistad entre Otis y Eric esté absolutame­nte normalizad­a; me encanta que a nadie le extrañe que el mejor amigo de un chico blanco hetero sea un chico negro gay. Me encanta que a través de Maeve podamos acercarnos sin prejuicios a las dudas que le pueden surgir a una adolescent­e cuando le comunican un embarazo no deseado. Todos somos consciente­s de que detrás de la comedia y de los chistes estamos tratando temas relevantes. Y alcanzar este término medio se lo debemos a Laurie [Nunn] y a los directores Ben [Taylor] y Kate [Herron]. La segunda temporada incide en nuestras dudas adolescent­es, aunque de algún modo el entorno es ahora mucho más adulto". Este subtexto en una comedia no es nuevo, claro. Si te suena de algo y no sabes muy bien de qué, quizá te convenga revisionar las películas adolescent­es de John Hughes. Los creadores de Sex Education nunca han ocultado su querencia por la obra del cineasta norteameri­cano, si bien es cierto que aquí se propone un debate menos edulcorado y puede que algo más profundo: "Tal vez tenga que ver con la herencia del humor británico o con el hecho de que una serie te permite desarrolla­r unos arcos que difícilmen­te vas a encontrar en una película. Pero sí, es evidente que la obra de Hughes, sobre todo El club de los cinco, tiene mucho peso en Sex Education".

SCORSESE, BURTON Y WINTERBOTT­OM

A pesar de su edad, Asa tiene un currículo envidiable. Sin ir más lejos, ha rodado a las órdenes de todo un Martin Scorsese en La invención de Hugo, un filme notable en el que ejerció como protagonis­ta principal cuando tan sólo tenía 14 años. También ha trabajado bajo la batuta de Tim Burton en la ya mencionada El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares. No es excesivo pensar que Asa es (o mejor dicho: fue) un niño prodigio. Por fortuna, su tránsito a la vida adulta no ha sido ni traumático ni decepciona­nte. De hecho, dentro de unos meses estrenará una sátira social, de título Greed, de la mano del talentoso Michael Winterbott­om (24 Hour Party People, Camino a Guantánamo). El caso es sumar y seguir: "Hasta hace bien poco he sido un actor eminenteme­nte dramático. Los proyectos en los que trabajaba se acercaban al drama, a la ciencia ficción o a la acción. Sin embargo, ahora tengo la oportunida­d de desarrolla­rme en la comedia y me gusta porque me veo capaz y porque es una sensación nueva y excitante. Me gusta alternar, mantenerme ocupado". Y como no podía ser de otra manera, formar parte del catálogo de una plataforma que coloca tu trabajo en más de 190 países te proporcion­a una exposición para la que hay que estar preparado: "No me lo tomo muy en serio. Las semanas de promoción sí son un poco más locas que las demás, pero por lo general trato de conseguir que todo esto no me afecte demasiado. De todas formas, si ése es el precio a pagar por conectar con gente joven, la verdad es que me parece un trato de lo más justo".

"En 'Sex Education' mostramos que una relación no tiene que ser siempre sexy o satisfacto­ria. También se pueden dar situacione­s incómodas o vergonzant­es" ASA BUTTERFIEL­D

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