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A día de hoy no sabemos muy bien por dónde puede andar Miguel Bernardeau (Valencia, 1996), la verdad. Cuando hablamos con él por última vez, nos comentó que había tenido un año muy intenso y que tenía pensado darse un capricho: irse un mes a surfear, una de sus grandes pasiones. También nos dijo que cuando hubiera logrado desconectar de un 2019 especialmente cargado de trabajo y emociones, su idea era volver a California para seguir formándose como actor. Así que lo mismo ahora está en alguna playa del Algarve o en Los Ángeles. O tal vez esté participando en algún shooting con Hugo Boss Fragancias, rma de la que es imagen de marca en España (en concreto, de los perfumes Boss Bottled y Boss Bottled Absolute). En n, lo mismo da, ¿no? Lo que sí tenemos claro es que los últimos meses han cambiado la vida de un chico que, lejos de dejarse cegar por las luces de Élite, lucha por mantener los pies en el suelo. Nosotros fuimos testigos de lo bien amueblada que tiene la cabeza hace apenas unas semanas, el día en que organizamos la gala de entrega de premios a los Hombres GQ del Año. Cuando subió a recoger su trofeo, Miguel no quiso regodearse en los aplausos ni en el éxito que le acompaña, sino que asumió su papel como miembro colaborador de UNICEF y decidió ofrecer un discurso comprometido con la lucha contra el cambio climático: "Ha sido un año muy especial en el que me he podido dedicar a lo que más me gusta, que es la interpretación. Sin embargo, en un momento como éste me gustaría mencionar el cambio climático, que es un problema que nos afecta a todos. Desde pequeñito paso mucho tiempo en el mar, sobre todo haciendo surf, y en estos últimos años he presenciado sus efectos en el agua. La contaminación me afecta directamente a mí como os afecta a todos vosotros, así que creo que debemos empezar a tratar este problema como lo que es: una emergencia climática".

Cuando vuelva de su retiro deportivo, de sus clases de interpretación o de donde quiera que esté, a Miguel le esperan más días de vino y rosas entre los suyos. También jornadas interminables de trabajo duro, pues la tercera temporada de la serie adolescente de Netflix debe cumplir las expectativas que ha generado en los millones de fans que esperan su regreso con avidez: "Muy pocas profesiones te dan la posibilidad de que la gente te pare y te diga: 'Me has emocionado. Muchas gracias'. Eso es algo precioso, algo que te anima a seguir adelante. Algo que te enseña a disfrutar de lo que tienes". Que disfrute, pues. Se lo ha ganado.