GQ (Spain)

MICHAEL B. JORDAN

El actor da su do de pecho en Cuestión de justicia.

- Por NOEL CEBALLOS

ALGO QUE DEBES SABER sobre Michael B. Jordan, natural de California, 31 años recién cumplidos: el tipo podría venderle nieve a un esquimal. Nuestra conversaci­ón telefónica está llena de interferen­cias (llamadas a larga distancia, ¿ eh? ) y contratiem­pos técnicos, pero su voz y su pasión por la película sobre la que estamos hablando llegan hasta España altas y claras. Cuando MBJ habla, MBJ convence. Lo cual es una suerte, pues la peli sobre la que gira esta entrevista, Cuestió n de j usticia, trata en el fondo sobre el poder de la persuasión.

" Es lo que me interesaba de los dramas judiciales" , asegura. " Hay un montón de jerga legal, de argot para abogados que tuve que aprenderme al pie de la letra de cara a mis escenas en los juzgados. Y es importante hacerlo bien, porque es algo por lo que mi personaje tuvo que pasar durante toda su carrera: intentar enterrar u ocultar sus emociones en ese vocabulari­o técnico, porque sabía que la ley tenía que ser suficiente para demostrar la inocencia de sus clientes. De eso trata la película y mi trabajo en ella: de suprimir la rabia que provocan determinad­as situacione­s injustas para dejar que sea la propia justicia la que hable por sí misma. No es fácil, sobre todo con un guion tan potente desde el punto de vista dramático como el que teníamos, pero es lo correcto" .

MBJ ha hablado. La defensa se retira.

Cuestió n de j usticia está inspirada en la historia real de Bryan Stevenson, un abogado estadounid­ense que ha dedicado toda su carrera a luchar contra el racismo institucio­nal, especialme­nte en los estados sureños. Su fundación, Equal Justice Initiative, proporcion­a asistencia y representa­ción legal a prisionero­s que podrían haber sido condenados erróneamen­te o que, sobre todo por cuestiones económicas, no hayan podido tener un juicio justo. En concreto, su cobertura a cualquiera que haya recibido una sentencia de muerte en Alabama está garantizad­a, por razones que ningún espectador de la película, por desgracia, podrá poner en duda.

RE-MATAR A UN RUISEÑOR

Jordan confiesa que no había oído hablar de la labor de Stevenson y su iniciativa antes de vincularse al proyecto, pero todo eso cambió una vez lo hizo: " Tengo que agradecérs­elo todo a mi agente. É l fue quien me recomendó el libro de Bryan (publicado en 2014) y quien me dijo que debía ponerme en contacto con este tío. Una vez lo hice, supe que quería producir y actuar en una película sobre la historia que contaba, porque es una historia que merece ser contada" .

Se refiere a uno de los casos más dolorosos a los que la por entonces recién nacida Equal Justice Initiative tuvo que enfrentars­e: en 1986, un hombre afroameric­ano llamado Walter Mcmillian fue condenado a la inyección letal por el asesinato de una mujer blanca a la que ni siquiera conocía. Decir que las pruebas eran circunstan­ciales sería exagerar: sencillame­nte, el estado de Alabama tenía que hacer pagar a alguien, y (ante la ausencia de algún sospechoso más sólido) le cargó el pato a un inocente. Durante la película, otros personajes se enorgullec­en de tener un museo dedicado a Harper Lee en la ciudad, pero si algo pone de manifiesto Cuestió n de j usticia son los extremos hasta los que el humanismo y el mensaje antirracis­ta de Matar a un ruiseñ or aún deben calar en las institucio­nes.

" Es una locura" , sentencia Jordan. " Nuestro objetivo es intentar que el mayor número de gente en mi país vea lo que hemos hecho, porque el sistema judicial está roto. No se trata de un caso aislado, sino que antes y ahora hemos tenido otros Walter Mcmillians en muchos estados. Gente inocente ha sido condenada por culpa de una epidemia. Tiene que parar" .

HÉROE GENERACION­AL

Si te parecen las palabras de alguien que habla en nombre de la verdad, la justicia y el modo de vida norteameri­cano, puede que tengas razón: el año pasado trascendió una reunión que la cúpula de Warner Bros. mantuvo con Jordan para tantear el futuro cinematogr­áfico de Superman. É l no quiere hablar de ello, pero sí del papel que el mito superheroi­co ha jugado en su carrera.

" He tenido el privilegio de interpreta­r a varios héroes en el cine. Algunos han sido más divertidos que otros, claro. Con algunos sólo pretendía pasármelo bien, pero el caso de Killmonger, mi personaje en B lack Panther (2018), es diferente. No exagero si digo que ese papel me ayudó a entenderme a mí mismo, que cambio mi vida a cierto nivel. No era sólo entretenim­iento. ¡ Y eso que era el villano! Pero su escala de grises me hizo pensar sobre mí mismo. Creo que ese es el objetivo de los superhéroe­s: hacernos aprender y reflexiona­r" .

Y , como si acabara de caer en la cuenta, continúa: " Por supuesto, Bryan Stevenson es un héroe también, uno de la vida real. Ha dedicado cuatro décadas de su vida a luchar por una causa, luego para mí no había mayor responsabi­lidad personal que asegurarme de que hacíamos honor a ello en pantalla. O sea, que tenía mucha presión cuando lo conocí, pero él me la quitó de golpe. Me dijo que confiaba en mí. Y después de eso no necesité nada más" .

"En mi país, el sistema judicial está roto.

No se trata de un caso aislado: gente inocente ha sido condenada por culpa de una epidemia. Tiene que parar"

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