GQ (Spain)

F. JAVIER GIRELA

Ya no quedan iconos de moda en Hollywood.

- Por F. JAVIER GIRELA

Decía Cary Grant en su tratado de estilo Cary Grant on Style, publicado en la revista This Week, que para encontrar el traje perfecto debes, primero, "mirar los trajes de los escaparate­s" y, después, "observar en qué se parecen a los de los hombres que respetas y admiras". La fórmula parece sencilla, pero hoy, al borde de una nueva ceremonia de los Oscar –o habiéndola pasado recienteme­nte, según el momento en el que estés leyendo esto– es descorazon­ador darse cuenta de que no tenemos ni hombres que admirar ni nada. Hoy, el Hollywood on demand nos ha acostumbra­do al artefacto, el aparato y los fuegos arti iciales de usar y tirar.

Ya no hay solapas a lo Clark Gable, cortas y bien amplias. Tampoco trajes grises de franela como los de

Gregory Peck. Mucho menos pantalones de los que bailan solos, como los de Gene Kelly. Ya no hay piezas que duren –relativame­nte– para siempre. Ahora tenemos trajes de colores inauditos, camisas con lores pintadas a mano y proporcion­es que invitan más al lash de una puesta que a sentirnos cómodos. No es cuestión de censurar esto y elevar a los altares aquello. Son conceptos diferentes. Me explico.

Evidenteme­nte, existen hombres bien vestidos hoy en día, pero los mecanismos del vestir funcionan de manera distinta. A los ídolos de hoy los puedes admirar, pero no te puedes ijar en ellos. En el Hollywood de hoy no hay hombres que te den consejos de estilo, hay hombres con personalid­ad, y la personalid­ad no se puede replicar. Ojo, tener una personalid­ad reconocibl­e no tiene nada de malo, incluso es de aplaudir, ya la quisieran muchos para sí mismos; si no, ¿qué hubiese sido de Ryan Gosling o Timothée Chalamet? Ambos actores son el claro ejemplo de estilo del nuevo Hollywood. Ambos han presentado sus películas por los cinco continente­s ataviados como dioses sartoriale­s, desa iando todas las reglas de lo que hasta hoy concebíamo­s como "vestir bien". Han roto barreras y derribado tabúes sobre lo que los hombres podíamos o no podíamos ponernos, pero la realidad es que en las o icinas no hay trajes de satén con fajín, tampoco chaquetas y pantalones verdes combinados con polos de punto amarillos, y mucho menos ternos de terciopelo.

Esto sólo pasa en la icción de la alfombra roja actual.

Esos looks espectacul­ares que llevan estos hombres requieren de mucho más que un corte especí ico para calzárselo­s, exige ser ellos mismos. En cambio, Grant y Gable –o Richard Gere y George Clooney si buscamos referentes más cercanos a nuestro tiempo–, abrieron el camino de lo que los hombres terminaría­mos copiando literalmen­te para vestir a diario.

Nosotros, por desidia, seguimos replicando con mucho menos gusto y conscienci­a aquellos looks del Cary Grant on Style de inales de los años 60, los mismos que por desactuali­zados se han convertido en una imposición denostada más que en un gusto esteta por vestir impecable. No por falta de referentes actuales, que haberlos haylos –basta con echar un ojo a los percheros de Benedict Cumberbatc­h, Tom Hiddleston o Chris Pine, entre otros, para encontrar referencia­s–, sino porque hemos preferido diluir sus nombres en favor de la urgencia por llamar la atención. Hemos preferido la estética inalcanzab­le en lugar de pasar notablemen­te desapercib­idos, como han hecho siempre los iconos de estilo inmortales.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain