NÉSTOR PARRONDO
2020 va a ser el año de la privacidad.
2020 no va a ser el año del 5G. Da igual que Apple lo incluya –presumiblemente– en el iphone 12. Ni tampoco va a ser el año de los robots domésticos ni de los televisores verticales, por mucho que Samsung apueste por inventos tan futuristas como Ballie –una especie de R2D2– o por pantallas como Sero TV, pensadas para disfrutar de Youtube o Instagram en el salón de casa.
El invento más importante que se va a presentar en los próximos meses es la privacidad. Por supuesto que este derecho no se ha horneado en Silicon Valley, pero las empresas tecnológicas lo están vendiendo como si fuera un descubrimiento propio y como un valor extra de sus productos, del mismo modo que venden una pantalla más brillante, una batería más duradera o un puñado extra de gigas de RAM. Por ejemplo, Google ha anunciado que sus usuarios podrán pedir al asistente de voz de la compañía que borre toda la información que ha recabado sobre ellos en la última semana. También, que sea sensible y haga caso cuando los usuarios le digan que olvide lo último que les haya pedido, en caso de que el asistente de voz se hubiera activado de forma accidental. Ésta es la respuesta del buscador a los escándalos de 2019, año en el que se supo que Google Assistant registraba conversaciones que no iban dirigidas a él. Además, los que tengan un teléfono Android podrán preguntarle de viva voz qué tipo de datos almacena el aparato sobre ellos y obtendrán una respuesta idedigna (imaginamos que esa contestación durará al menos media hora).
Facebook, seguramente la empresa que más escándalos de este tipo acumula, va a renovar el centro de control de privacidad, una herramienta que está a disposición de sus usuarios. Cuando se implemente la mejora, ellos podrán controlar quién puede ver lo que comparten, cómo se usa su información y cómo pueden aumentar la seguridad de su cuenta. Anteriormente, la herramienta se centraba en mostrar a los usuarios quiénes podían ver sus publicaciones, su información de per il y las aplicaciones conectadas.
Ring, la empresa propiedad de Amazon que fabrica cámaras de seguridad y cerraduras inteligentes, también ha anunciado que incluirá mejoras de privacidad en sus sistemas. Por ejemplo, dará la oportunidad a sus usuarios estadounidenses de evitar que la policía se conecte a sus cámaras. Sí, hasta ahora los agentes podían hacerlo si creían que se había cometido un delito, sin contar con el permiso de los propietarios del sistema de videovigilancia.
La obsesión por la privacidad incluso va a llegar a los televisores. Samsung incluirá en sus Smart TV una app llamada Privacy Choices en la que se verán todos los datos que recopila el televisor, para saber quién los está solicitando y con qué in lo hace. ¿Y Apple? La compañía que dirige Tim Cook fue la primera tecnológica en considerar la privacidad como un derecho fundamental y por eso lleva años de ventaja a las demás en este campo. Apple puede presumir de celo respecto a este asunto porque no gana dinero vendiendo datos de sus usuarios, sino obteniéndolo de productos y servicios. ¿2020 será el año en el que las demás tecnológicas empiecen a hacer lo mismo?