VUELTA AL
HAY POCAS SENSACIONES tan enormes como sentirte rodeado de naturaleza. Pasear por el campo inmenso; dejar que la lluvia te cale ("¿una vez que llueve y me voy a esconder?", cantaba Kiko Veneno); sufrir el rigor del frío y la montaña y el mar. La naturaleza, la vida en de initiva, es mucho más grande que nosotros. Escuchando el sonido de las olas te sientes pequeño e insigni icante. No somos nada comparado con eso.
Y sin embargo, quizá para defendernos del rival más fuerte, sólo se nos ocurre hacer dos cosas: alejarnos cada vez más de lo auténtico y puro; atacarlo, después, como respuesta extrañísima. Sin entender, tan bobos nosotros, que atacar a la naturaleza es hacernos daño a nosotros mismos; haciéndolo nos convertimos, a la vez, en puñal, mano y piel. Y la nieve, por debajo, sangra como nuestros dedos.
Por esa razón hemos dedicado este número a esa sensación. No hablamos de sostenibilidad –que también–, ecología o cuidado. Hablamos de volver a lo básico, a nuestro origen, de conectar con lo que nos rodea. Escalar montañas, sentir el agua, mancharse las manos de tierra, correr con un animal al lado. Esas cosas. El remedio del nuevo siglo contra los problemas viejos. La naturaleza, como bien cuenta Silvia Venturini en una entrevista que podrás leer más adelante, como oxígeno contra una vida virtual. Una cosa está clara en todo esto: para seguir adelante hay que olvidar lo anterior. Nada funciona mejor para resetear que un poco de aire real.
Así tenemos en portada a Josh O'connor, uno de los actores jóvenes más interesantes del momento, vestido no para una iesta de gala sino para salir a dar un paseo por el monte más cercano. La ropa técnica es una realidad en la industria y no es casual. A Alex Honnold, el escalador más famoso del mundo, haciendo exactamente eso. A Alberto García-alix fotogra iando a sus perros favoritos (pocas cosas nos acercan más a la realidad que vivir rodeados de ellos) o a Anne Menke haciendo lo mismo en el certamen de surf más relevante. También viajamos a la Selva Negra y visitamos el gimnasio al aire libre más grande del mundo. Eso y un montón de moda inspirada precisamente en esas cosas pequeñas e importantes: las lores, la naturaleza, los colores originales, las sensaciones de verdad.
La vida es tierra, agua, aire y fuego. Cada sombra de cada árbol es una manta. Los barcos siguen lunas. Nuestra mirada, cuando giramos la vista hacia la luz, es de girasol y ortiga. Pero seguimos sin darnos cuenta. Es probable que cuando eso ocurra sea demasiado tarde. Con lo fácil que es entender que, sin todo lo que nos rodea, no somos prácticamente nada.
CANCIÓN DE MARZO
This Mortal Coil
NATURE'S WAY
1991
"Es la forma que tiene la naturaleza de decirte que algo va mal, de contarte la brisa del verano, de decirte que los árboles están moribundos. Es la forma en la que la naturaleza te recibe".