GQ (Spain)

PAUL KRUGMAN

EL SUEÑO DE LA RAZÓN ULTRALIBER­AL PRODUCE MONSTRUOS. PAUL KRUGMAN, 'ROCKSTAR' DE LA ECONOMÍA Y EL PREMIO NOBEL MÁS FAMOSO DEL MUNDO, LOS COMBATE CON LA PALABRA Y LA PLUMA.

- PAUL KRUGMAN POR HÉCTOR IZQUIERDO

Además de Premio Nobel, puede presumir de ser una rockstar de la economía. Atiende a lo que nos tiene que contar.

Su gura a duras penas se asemeja a la de un superhéroe (ni siquiera uno keynesiano) o a la de un 'in uencer'. Aparece en la habitación de la Fundación Rafael del Pino en la que le esperamos con aire distraído y atuendo profesoral –sobre todo los zapatos delatan su condición de catedrátic­o; y lo es en la City University de Nueva York–. El Premio Nobel de Economía se sienta en un sofá y pide un café. Tras un viaje transatlán­tico y un par de días de promoción, se le nota un poco cansado. Por la energía con la que combate a los economista­s y políticos deshonesto­s –su último libro, muy elocuentem­ente, se titula 'Paul Krugman contra los zombis'– nadie diría que el neoyorquin­o está cerca de la séptima década, pero lo cierto es que Krugman nació en Albany (Nueva York) hace ya 67 años. Empezamos preguntánd­ole por un asunto recurrente en su libro y en los artículos de opinión para 'The New York Times' que recopila: ¿por qué ciertos economista­s de enden ideas zombis? ¿Es por mala fe o por ignorancia? "Sobre todo se trata de mala fe. Sería estupendo si sólo fuera ignorancia, pero lo que mantiene esas ideas vivas es que están al servicio de unos intereses. Puede que haya excepcione­s, como el sinsentido de la austeridad que algunos siguen sin entender, pero en la gran mayoría de casos se trata de mala fe".

GQ: Parece como si ciertos economista­s se empeñaran en convencern­os de que lo que no funciona en la práctica sí que funciona en la teoría…

Paul K rugman: Existe un problema en la economía y es que tenemos un modelo precioso de personas perfectame­nte racionales y mercados perfectame­nte eficientes, y a menudo el mundo no es así. Y algunos de mis compañeros responden con un ' créete la teoría y no el mundo' . El chiste recurrente es a qui n vas a creer, a mí o a tus propios o os . Es un pro lema en la macroecono­mía, pero es secundario, porque la mayoría de las ideas zombis ni siquiera provienen de economista­s.

¿Es la economía ideología disfrazada de ciencia?

o. ara algunos, aunque no muchos, sí, pero la mayoría de los economista­s son me ores que eso. ncluso los que dicen cosas equivocada­s, lo hacen más por un fallo humano, no son tan malos. i ien es verdad que hay mucha gente que ha la de economía y no está en el negocio de la búsqueda de la verdad.

Los políticos conservado­res no tienen complejos para aplicar su agenda económica. ¿Por qué la izquierda es tan tibia cuando le toca su turno?

Es el dinero. Es posi le que haya zom is de izquierdas, a veces los hay, pero la gran mayoría de ideas zom is sobreviven porque hay personas que cobran por mantenerla­s vivas. La gran mayoría de multimillo­narios son de derechas, y eso es así. alvo e cepciones de centro izquierda, como George oros, hay muchísimos más políticos multimillo­narios de derechas que de izquierdas, la gran mayoría de ellos son muy de derechas. Y esto es lo que hace que esas ideas tengan una mayor durabilida­d.

Los multimillo­narios abrazaron el fascismo con alegría en los años 20 del siglo pasado. ¿Crees que podría volver a pasar algo semejante?

h, sí. uede que suceda más discretame­nte esta vez, pero desde luego que sí. i miras a ungría, la democracia se ha derrum ado por completo, ahora mismo tienen un go ierno prácticame­nte fascista. a a estar todo más

disfrazado, será un poco más hip crita, pero los años 0 pueden volver perfectame­nte y ya están volviendo en algunos países.

¿Qué opinas de la cultura del esfuerzo y la meritocrac­ia? ¿No son unas ideas zombis más?

iempre ha sido un mito relativo. o es que no importe el esfuerzo individual, pero en EEUU hay toda una ideología alrededor del esfuerzo personal que no concuerda con lo que pasa realmente. El estatus socio e con mico de tus padres tiene un impacto enorme so re d nde vas a aca ar en la vida, mucho más en EE UU que en Europa en realidad. iempre se decía que la po reza era un pro lema cultural en Am rica, pero algunas personas di eron que no, que la pobreza en realidad es el centro de los problemas culturales y no al rev s. ensá amos que los po res eran no lancos, pero qu pasa si les quitas los tra a os a los blancos en el campo? A hora lo hemos experiment­ado y la respuesta es que sufren un colapso. sea, que sí, que la pobreza es el problema central.

¿Van a vivir nuestros hijos peor que nosotros?

Eso depende de nosotros. N o tiene por qué ocurrir. La tecnología sigue haciendo progresos, los pro lemas medioam ientales son severos, pero se pueden solucionar. a hay soluciones disponi les, pero corremos un riesgo muy real de de ar un mundo terri le a las futuras generacion­es, tanto en lo econ mico como en lo am iental. Es muy posi le que a nuestros hi os les vaya peor.

Hay quien dice que la única alternativ­a es una economía basada en el decrecimie­nto. ¿Qué opinas de ello?

a idea de que para salvar el planeta hay que de ar de hacer que la economía crezca es la definici n de una idea zom i. a izquierda radical y la derecha radical, en el fondo, están de acuerdo en esto. os de la e trema izquierda piensan que salvar el planeta implica de ar de crecer y los de la derecha que es imposible. Pero es un malentendi­do so re el crecimient­o econ mico, que no implica directamen­te fa ricar más cosas, puede ser tam i n una ampliaci n de ciertos servicios y la tecnología para una economía mucho más respetuosa con el medio am iente ya está aquí. emos vivido un progreso milagroso con las energías renova les, vemos que es posi le alcanzar un estándar de vida mucho más alto con unas emisiones mucho más reducidas, no es una misi n imposi le. Esa economía sería muy parecida a la que vivimos ahora si pudiéramos tener un mundo en el que las personas conduzcan coches igual, pero el ctricos, cuya energía provenga del viento y el sol. o hay un conflicto esencial entre la economía y el medio ambiente.

Si la economía verde es un gran negocio, ¿por qué no invierte todo el mundo en ello?

a hay gente haci ndolo, pero los intereses e istentes son siempre mucho más eficaces que los intereses potenciale­s. a energía solar es una industria posi le, pero el car n está aquí ahora. de una manera más t cnica, los eneficios de la contaminac­i n están mucho más localizado­s y visi les que los eneficios de no contaminar. i prohí es el car n, la gente que ha invertido en el car n pierde mucho dinero. os hermanos och en EE UU entienden perfectame­nte que su estado financiero depende de quemar car n y pro a lemente no sepan que ganarían años de vida si de aran de hacerlo.

Otro tema al hilo del progreso tecnológic­o es la renta universal básica. ¿Estás de acuerdo con implementa­rla?

o estoy a favor, o al menos no ahora mismo. En primer lugar, el tema de que los robots nos quiten el tra a o no está ocurriendo: el crecimient­o de la productivi­dad es lento ahora mismo, no hay señales de una revoluci n de los ro ots. ay algunos tra a os que están desapareci­endo, pero siempre ha sido así, y el pro lema ahora mismo es que la renta ásica universal, que es incondicio­nal, o ien es inadecuada es poco dinero), o ien es demasiado cara. i vivi semos realmente un apocalipsi­s de los ro ots, entonces tendríamos que hacer algo, pero a n no estamos ahí, y ahora mismo tiene más sentido orientarno­s a los problemas reales de las personas que de verdad lo necesitan. No estamos preparados para la renta universal ásica. reg ntame otra vez en 0 años, igual te doy una respuesta diferente.

"LA IDEA DE QUE PARA SALVAR EL PLANETA HAY QUE DEJAR DE HACER QUE LA ECONOMÍA CREZCA ES LA DEFINICIÓN DE UNA IDEA ZOMBI"

Mario Draghi fue capaz de acabar con la crisis de deuda de los países del sur con sólo una rueda de prensa y una frase taxativa: 'El BCE está dispuestos a proteger el euro, cueste lo que cueste'. ¿Por qué no se hizo antes?

reo que esto sí fue un acto genuino de ignorancia, la gente no esta a comprendie­ndo lo que pasa a, ni siquiera yo. T odo el mundo sabe lo de M ario D raghi. N o sé si la gente será consciente de lo de aul e Grau e, que un par de meses antes que raghi di o que la crisis de la deuda no era real. i ves las perspectiv­as fiscales de España, decía, no son peores que las de Gran retaña. a nica diferencia es que España no puede imprimir su propia moneda, así que es presa del pánico cuando se queda sin liquidez, y si alguien pudiese ponerle fin a ese pánico y asegurar su liquidez entonces desaparece­ría esa crisis. T enía toda la raz n. uando yo leí eso, que creo que fue en 0 , para mí fue muy revelador y me di cuenta de que está amos ante un problema que la gente no estaba comprendie­ndo.

¿Puede ser que parte de la crisis fuera un castigo de los países ricos a los pobres?

o creo, esto fue un caso de ignorancia por parte de todos, incluido yo mismo. La verdad es que soy bastante crítico con los alemanes, tienen un concepto de rectitud fiscal que se aplican a sí mismos tam i n, para ser honestos que les hace pensar que los países se meten en líos porque son irresponsa les, pero no creo que tengan la misi n de castigar al sur de Europa. implemente esta an aplicando su visi n germánica del universo a todo el mundo. Es verdad que tienen pre uicios: si intentas decirle a un alemán que los europeos con más vacaciones son los alemanes y los que menos, los griegos, no te creerá.

¿Hay demasiada testostero­na en los mercados?

ay algo de eso. ay evidencia de que las mu eres tienden a ser más racionales y menos e cita les en la anca de inversi n que los hom res. ecuerdo una discusi n en un log irland s en la que alguien pregunta a: qu es lo que quieren los mercados la me or respuesta fue: prostituta­s y cocaína. Porque el mercado son un puñado de chavales de veintitant­os años que no tienen ni idea, así que sí que hay un poco de eso.

¿Las crisis ocurren porque los políticos no hacen caso a los economista­s o porque éstos no les aconsejan bien?

Las dos cosas son ciertas. M uchos economista­s alentaron la desregular­izaci n financiera y todo esto motiv la crisis, pero también es verdad que los políticos no escuchan. Por e emplo, creo que en este momento hay un amplio consenso entre los economista­s de que las políticas fiscales que contraen, como por e emplo la austeridad, hacen daño al crecimient­o econ mico, y los políticos siguen aplicándol­as igual. a economía aponesa está encogiendo a un ritmo del y a n así están aplicando esas políticas de austeridad. A pesar de que les decimos que no lo hagan.

Aseguras que algunos republican­os son malas personas. ¿Hay que ser buena persona para ser un economista?

o estoy seguro. esde luego, tienes que tener ciertos valores, una moral clara a la hora de encarar los hechos y ser capaz de admitir que te has equivocado, pero no hay que ser un ser humano maravillos­o. Ahora ien, para ser un economista republican­o debes creer cosas que son falsas, apoyar políticas astante rutales y, en este momento, apoyar a un presidente que está constantem­ente en la ilegalidad, que rantando la ley.

Desde el punto de vista de la economía, ¿es la igualdad algo deseable?

La igualdad hasta cierto punto es muy deseable. La desigualda­d extrema distorsion­a la sociedad y la hace mucho menos libre. Y o esto se lo intento explicar a los americanos: nosotros decimos que somos un país li re, pero si te echan de un uen tra a o pierdes tu seguridad social y tu asistencia sanitaria, y te pueden echar sin una uena causa, ya que no tenemos reglas ni sindicatos que lo regulen. or eso muchos tra a adores son de hecho menos li res de lo que serían en un país que los protegiera me or. ay una cone i n entre la desigualda­d y la p rdida de li ertad. o es e actamente lo mismo, no es fascismo, pero la desigualda­d le resta mucho a la li ertad. Así que sí, deberíamos tener menos desigualda­d. N o podemos aspirar a una igualdad perfecta, nadie quiere que seamos u a, pero podemos reducir la desigualda­d y sabemos que es posi le, porque en los países n rdicos como inlandia tienen mucha menos que en los estados del sur y les va ien, así que es una com inaci n de darles mayor poder negociador a los tra a adores y políticas más distri utivas.

Interior. Día. Mario Casas aguarda un nuevo momento de gloria junto al equipo de GQ. Mientras éste llega, juguetea con una tele, hojea alguna revista vieja, come algo y llama a un par de amigos. Básicament­e, trastea: en realidad está impaciente por saber qué le deparará el futuro. Porque tras cargar durante demasiado tiempo con el sambenito de chico-guapo/tipo-duro, Mario ha encadenado una serie de papeles que le con rman como un actor lleno de matices. Liberado ya de prejuicios o promesas de lo que puede llegar a ser (porque ya lo es, precisamen­te), este año quiere demostrar de nuevo cuán alto puede volar en tres proyectos que llevan la rma de Net ix: Hogar, El practicant­e y El inocente.

M ario C asas ( A C oruña, 19 8 6) sale raudo del coche que le ha traído hasta la puerta de C ondé N ast. Lleva gorro, gafas de sol oscuras y unos auriculare­s que le cubren media cara. V iste una chaqueta con forro de borrego, vaqueros y botas negras. Si no fuese quien es, no llamaría especialme­nte la atención. Pero la realidad es bien distinta: apenas ha recorrido los dos metros que separan la calzada del edificio y ya le han reconocido las tres personas con las que se ha cruzado, las cuales giran la cabeza en su dirección y le miran con muy poco disimulo. D a igual lo mucho que trate de esconderse en público, lo mucho que trate de normalizar­se: de algún modo, M ario C asas es patrimonio público. Han pasado 14 años desde que debutara en el cine de la mano de A ntonio B anderas, quien le dirigió en D esde entonces y hasta ahora, ha participad­o en algunos de los proyectos más rentables y multitudin­arios del cine español. Pero no nos engañemos con las cifras de taquilla ni con el griterío del ebr o Tr por poner sólo tres ejemplos, son lo que son: comida rápida para matar el gusanillo. Segurament­e no le han cambiado la vida a nadie… salvo a M ario.

A él le sirvieron para establecer­se como ídolo adolescent­e y como imagen de portada de revistas juveniles. N o lo decimos de un modo peyorativo, ni mucho menos; entendemos este arranque como una buena manera de contextual­izar a un actor que ha llegado hasta este 2020 completame­nte despojado de prejuicios, de considerac­iones del tipo "flor de un día" y de dudas so re su capacidad. Porque hace años, justo cuando estaba subido en la atalaya de la fama que te da el cine , M ario C asas decidió demostrar que tras ese estereotíp­ico había un actor disciplina­do, ambicioso, trabajador y con talento. Q ue aquellos primeros personajes formaban parte de un plan a largo plazo que cristaliza ahora en papeles tan complejos como los de o las inminentes o " En realidad, siempre me he guiado por el instinto. C on 22, 23 y 24 años me ofrecían determinad­os papeles y yo los leía, los entendía y, si me gustaban, los hacía. T odo ha ido cobrando forma de esta manera, por impulsos. A simismo, es evidente que la edad te da la oportunida­d de interpreta­r personajes diferentes: cuando empecé tenía algo menos de 20 años y mi perfil se adapta a me or a determinad­os conte - tos; ahora tengo 3 3 y puedo ser, por ejemplo, un padre de familia. Las carreras también se basan en ir cumpliendo años y en que te den oportunida­des

para hacer algo diferente. D icho esto, siempre digo que me encantaría rodar la tercera entrega de para cerrar el círculo y agradecerl­e al público todo lo bueno que me ha dado" , nos cuenta M ario, con quien compartimo­s un café – solo, sin azúcar– minutos antes de arrancar la sesión que tienes entre las manos.

La lista de directores que han contratado sus servicios da buena cuenta de su nivel. O riol Paulo, Á lex de la I glesia, A lberto R odríguez o Fernando González M olina son cineastas de primera categoría que ven en M ario al aliado perfecto, ya sea por su perfil perfeccion­ista durante el rodaje o por ser garantía de éxito una vez que el producto inicia su recorrido comercial. " C reo que se tiene de mí una imagen diferente de lo que soy en realidad. C uando los directores me conocen, ven que me esfuerzo todo lo que puedo: empollo mis papeles, estoy abierto a todo tipo de locuras, modulo mi acento o pierdo peso de un modo radical; también me voy a las mil del plató y machaco a preguntas al equipo hasta estar seguro de que comprendo lo que esperan de mí. Sin querer sonar presuntuos­o, creo que soy alguien que quiere hacer su trabajo de la mejor manera posible. En ocasiones, de hecho, la gente de mi entorno me dice que me calme, que no me sumerja tanto en la mentalidad de un personaje porque me puede acabar pasando factura; pero es mi modo de ver la profesión. D e hecho, creo que este proceso me está sirviendo también para conocerme mejor a mí mismo. Y he llegado a la conclusión de que soy alguien bastante intenso" , bromea el gallego, quien, a diferencia de sus conciudada­nos del norte, no evita responder ninguna pregunta durante nuestra conversaci­ón.

Este miércoles 25 de marzo, M ario estrena en etfli , el primero de los tres proyectos que lanzará con la plataforma a lo largo del año. En él da vida a un joven empresario que alquila la casa que se ha visto obligado a abandonar el anterior inquilino ( J avier Gutiérrez) , un antaño exitoso publicista que ve marchar desde el andén el tren de vida en el que llevaba años subido. El personaje de M ario simboliza el presente y el futuro; el de J avier, el pasado. Pero el primero tiene unos demonios durmientes ( con forma de adicción al alcohol) que el segundo despertará para intentar apaciguar sus propias frustracio­nes. " Preparé mi papel con un psiquiatra con el que suelo hablar tanto para personajes como para mis propias terapias. Es una persona que me ayuda a la hora de crear personalid­ades y de dar contexto, para llegar a entender a una persona enferma o con problemas, en este caso con el alcohol. T ambién tuve la oportunida­d de hablar con dos individuos que habían pasado por A lcohólicos A nónimos. Sorprende saber lo importante­s que son para ellos situacione­s que para los demás son normales, como por ejemplo pasar por delante de un bar y tener que hacer acopio de autocontro­l para no sentirse tentado a entrar. Estas experienci­as suman capas al trabajo; me ayudan a entender cómo funcionan los demonios del personaje al que interpreto" .

es, en síntesis, un con cazador y cazado, con verdugo y víctima, en el que dos de nuestros actores más relevantes se baten en un duelo interpreta­tivo que recuerda al de Luis T osar y M arta Etura en ( J aume B alagueró, 2011) . " J avier es un tipo maravillos­o. C uando yo estaba en escena, él se colocaba detrás de cámara para ayudar en lo que estuviese en su mano. T e dice lo que necesitas o

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Chaqueta HERNO Camisa de lino H&M EDITION Pantalón BOSS Calcetines LACOSTE
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Polo de punto LACOSTE
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MARCIANO FOR GUESS
Camisa de ante
HERMÈS
Pantalón y cinturón
PRADA
Mocasines y calcetines
LACOSTE
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Chaqueta blanca (sobre el sofá) MARCIANO FOR GUESS Camisa de ante HERMÈS Pantalón y cinturón PRADA Mocasines y calcetines LACOSTE En la página anterior: Camiseta VERSACE
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Camisa DSQUARED2
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