Últimos días de Tesla
EN PRIMAVERA DEL AÑO , el popular inventor e ingeniero serbio- americano Nikola Tesla entra a vivir en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York. Allí pasaría los siguientes 22 años, acumulando tal cantidad de deudas y facturas sin pagar que a la gerencia no le quedó otro remedio que mostrarle la puerta a uno de los mayores genios científicos de su tiempo.
Telsa cogió sus maletas, caminó durante diez minutos y se registró en el St. Regis, donde volvería a hacerlo todo otra vez. De hecho, así es como decidió pasar los últimos años de su vida: saltando de hotel en hotel hasta que le echaran o la muerte le sobreviniese, como finalmente sucedió en el New Yorker allá por 1934.
No estaba sin blanca, sino que simplemente no le apetecía pagar por un espacio donde poder trabajar de forma compulsiva en sus diarios, dar de comer a las palomas que se traía diariamente de Central Park y atesorar sus patentes. Tras su último suspiro, agentes del FBI entraron en su última habitación y se lo llevaron todo. Salvo a las palomas.