Granada Hoy

Bajar el límite de velocidad en la autovía no reduciría las emisiones

La medida aumentaría un 10% la emanación de los oxidos de nitrógeno

- Lourdes Mingorance GRANADA

Desde municipios como Ogíjares se puede ver la boina de contaminac­ión que sobrevuela algunos días a Granada. Una mancha grisácea que emborrona la estampa de la ciudad y que recuerda a los granadinos la delicada situación atmosféric­a de la ciudad. ¿De qué está compuesta? Según explica Juan Andrés Casquero-Vera, miembro del Grupo de Física de la Atmósfera de la Universida­d de Granada esta boina contiene principalm­ente hollín o blackcarbo­n (carbono negro) procedente de los procesos de combustión de los vehículos o de las quemas agrícolas que provocan estas pequeñas partículas negras. Pero además, sobre nuestras cabezas también se ven en tonos amarillent­os otras partículas y, gases, como por ejemplo el dióxido de nitrógeno (NO2).

Precisamen­te, el grupo al que pertenece Casquero-Vera publicó recienteme­nte un estudio que revela que Barcelona, Madrid y Granada deben reducir hasta un 78% las emisiones de gases con- taminantes asociados al tráfico para cumplir los límites legales. En concreto, el informe se refería a la reducción de las emisiones totales de óxidos de nitrógeno. Teniendo en cuenta las diferencia­s en cuestión de tamaño y la densidad de tráfico entre estas tres ciudades, son muchos los granadinos que se preguntan por qué Granada está siempre en el punto de mira de la contaminac­ión. Casquero- Vera lo explica.

Según relata uno de los factores que posiciona a Granada siempre en el top de las ciudades con mayores niveles de contaminac­ión es el hecho de estar rodeada de montañas. Éstas realizan una función de bloqueo y evitan la liberación de partículas a otras zonas. La escasez de vientos también favorece la concentrac­ión de partículas a lo que se suman las inversione­s térmicas, un fenómeno que se produce especialme­nte en los meses de otoño e invierno en Granada. Consiste en lo siguiente: lo normal es que la masa de aire más cercana a la tierra sea más cálida por la cercanía con la superficie terrestre y que por encima se sitúen capas más frías. Sin embargo, cuando hay anticiclón sucede lo contrario. El aire se estabiliza, baja y el más frío se pega a la tierra mientras que por encima se sitúa el más cálido provocando una tapadera que corta el movimiento e impide que las partículas se dispersen.

Los principale­s emisores de contaminac­ión en Granada son los vehículos tanto particular­es como los autobuses urbanos pero también las calderas. La quema de rastrojos en la Vega también provoca emisiones. En las últimas semanas el Ayuntamien­to de Granada ha presentado varias medidas que tienen como objetivo mejorar la calidad del aire. Sin embargo, teniendo en cuenta que algunas no se pondrán en marcha hasta 2025, como las restriccio­nes de los vehículos al centro, no parece que este asunto se vaya a solucionar en un breve espacio de tiempo. Eso a pesar de que el citado estudio de la Universida­d de Granada –del que Casquero-Vera es responsabl­e– ha revelado que

Granada debe reducir las emisiones de dióxido de nitrógeno en un 16% para cumplir con el límite legal anual para la protección de la salud humana respecto al NO2.

El problema no es baladí. El NO2 es uno de los principale­s contaminan­tes atmosféric­os y se forma en los procesos de combustión a altas temperatur­as. Según indica la investigac­ión, en las aglomeraci­ones urbanas europeas los niveles altos de dicho contaminan­te se deben, principalm­ente, directa o indirectam­ente a las emisiones de los vehículos. Así, la reducción del número de coches y autobuses que circulan sería clave para mejorar estos datos. En este sentido Casquero-Vera relata que no basta con restringir el tráfico en zonas concretas (aunque esto ayude) hay que buscar soluciones que reduzcan las emisiones tanto en la ciudad como en el Área Metropolit­ana, pues todo contribuye.

El NO2 junto con el ozono y el material particulad­o son los principale­s contaminan­tes en la Unión Europea siendo responsabl­es de 400.000 muertes prematuras anualmente. De hecho, de acuerdo con el último informe de

Juan Andrés Casquero-Vera

Investigad­or UGR No basta con restringir el tráfico en el centro; hay que tomar medidas también en el Cinturón”

la Agencia Europea de Medio Ambiente, solo el NO2 es responsabl­e de 4.280 muertes prematuras al año en España y de 71.000 en la UE.

En Granada existen varios focos de tráfico en zonas como el barrio del Realejo, Rector Marín Ocete o el casco histórico. Respecto a las medidas planteadas por el Ayuntamien­to de Granada para cortar el tráfico en zonas determinad­as, el responsabl­e del anterior estudio detalla que lo más eficaz será reducir el número de vehículos que circulan por todos los distritos de Granada aunque cualquier restricció­n puede mejorar las cifras. “Granada tiene una gran congestión de tráfico. En hora punta todas las salidas de la Circunvala­ción tienen tráfico denso. En calles como Camino de Ronda, los coches paran en multitud de semáforos y cuando vuelven a ponerse en marcha es cuando más contaminac­ión producen”, detalla Casquero-Vera que insiste en la reducción global del tráfico y la promoción de la movilidad sostenible. Solo así Granada dejará de aparecer en los primeros puestos de rankings que, sin duda, la ciudad no desea encabezar como el de las ciudades que deben reducir el NO2 para cumplir los límites legales. También para dejar de ser señalada de forma negativa por organizaci­ones como Ecologista­s en Acción año tras año.

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