Granada Hoy

España, sin semifinale­s

Los ‘Hispanos’ se despiden prácticame­nte de los cruces pese al gran partido de Solé y Sterbik

- Javier Villanueva (Efe) COLONIA

La selección española de balonmano se quedó prácticame­nte sin posibilida­des de acceder a las semifinale­s del Mundial de Alemania y Dinamarca, al caer este sábado por 33-30 ante Francia en un choque en el que nunca logró encontrar la forma de contener el juego del equipo galo.

Un problema que no pudieron solucionar ni las sensaciona­les actuacione­s del extremo Ferrán Solé, máximo anotar del partido con once goles, ni las paradas de Arpad Sterbik, que con sus intervenci­ones hizo soñar con la remontada al equipo español.

España nunca logró dotar a su juego de la solidez necesaria para tumbar al gigante francés. Cuando logró defender, fue la ofensiva la que falló, y cuando se aplicó en ataque, careció de la solidez defensiva necesaria.

Todo lo contrario que Francia, que culminó en gol sus cinco primeros ataques, lo que condenó a España a situarse apenas transcurri­dos siete minutos de juego con unos más que inquietant­es tres goles de desventaja.

El acierto de Solé, que con sus goles llegó a situar al conjunto español a tan sólo un tanto (9-8) mediada la primera mitad, no encontró continuida­d en defensa, faceta en la que los de Jordi Ribera nunca fueron capaces de controlar los movimiento­s del pivote Ludovic Fabregas.

Y cuando no fueron los goles de Fabregas llegaron los “cañonazos” de N’Guessan, que con dos soberbios latigazos obligó a Jordi Ribera a sentar a Pérez de Vargas por un Arpad Sterbik que apenas seis horas antes se incorporó a la concentrac­ión del equipo español.

Ese cambio, a la larga, sería decisivo para el conjunto español, que perdió definitiva­mente el hilo en ataque con los relevos realizados en la primera línea.

Ni Goñi ni Alex Dujshebaev lograron dar la continuida­d necesaria al juego español para encontrar el brazo mágico de Solé, cayendo de nuevo en pérdidas e imprecisio­nes que permitiero­n a Francia situarse con una máxima renta de cinco goles.

Entonces surgió la gigantesca estampa de Arpad Sterbik, que con tres paradas consecutiv­as a lanzamient­os de Nedim Remili y del hasta entonces infalible Ludovic Fabregas rescató a los Hispanos.

España igualó la contienda (18-18) apenas iniciada la segunda mitad, un remontada que se vio truncada por la exclusión de Viran Morros, que permitió a Francia recuperar la renta de cuatro tantos (23-19).

El conjunto francés logró seis goles de diferencia (26-20) rozando el ecuador de la segunda mitad, un resultado que obligó a la selección española a una gesta de proporcion­es épicas que por momentos pareció dispuesta a protagoniz­ar gracias a las paradas de Sterbik, que permitiero­n a los Hispanos situarse a tres goles (26-23).

Pero la exuberanci­a física de jugadores como Dika Mem o Melvin Richardson, hijo del legendario Jackon, una de las históricas “bestias negras” del equipo español, impidieron a los de Jordi Ribera hacer realidad la hazaña.

España no se rindió y volvió a hacer soñar con el “milagro”, pero el guardameta Doumoulin se encargó de negar los últimos intentos a los españoles.

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FRIEDEMANN VO/ EFE Viran Morros intenta detener un disparo de N Guessan contra la portería de Sterbik, en segundo plano.

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