Un quebradero de cabeza económico
La decisión de aplazar los Juegos Olímpicos de Tokio va a generar un quebradero de cabeza en el plano económico, tanto por los gastos extras como por el dinero que se dejará de recibir. Cálculos de expertos indicaban que la cita que iba a comenzar el 24 de julio iban a generar para Japón un aumento en su producto interno bruto (PIB) de cerca de 14.200 millones de euros. Parte de ese dinero podrá trasladarse al año próximo, pero habrá una parte que se va a perder, porque muchos costes que estaban previstos por varios meses se extenderán un año más. Y no es buena noticia para este año en Japón, que lleva meses resintiéndose por el impacto del Covid-19, con una caída interanual del PIB del 0,7% en el último trimestre del año pasado, con unas perspectivas peores para 2020. Hasta ahora, el Gobierno de Japón y el de Tokio han invertido entre 7.000 y 9.000 millones de euros y aunque todas las sedes estén ya terminadas, los gastos siguen, y seguirán hasta que comiencen los Juegos. Si se tiene en cuenta el turismo, ya no vendrán este año centenares de miles de personas que se esperaban para este verano y que, según cálculos de la firma Nomura, iban a generar unos 2.000 millones. De hecho, para 2020 el panorama turístico en Japón es desolador. Sólo en febrero la llegada de turistas cayó un 58,3%.
Por otra parte, el último presupuesto de los Juegos fijaba en cerca de 441 millones de euros el precio de los alquileres que deben cubrir el Gobierno de Tokio y el comité organizador por las instalaciones que utilizan.
Para el presupuesto del año fiscal que termina este mes de marzo, los costes del mantenimiento de esos empleados están fijados en 33 millones de euros. Esa carga laboral terminaría en septiembre, pero ahora no. Al coste laboral hay que agregar los gastos de mantenimiento, por loque teniendo en cuenta estos y los alquileres de todos los estadios y las sedes olímpicas, el canal público de televisión NHK lo cifra en unos 5.328 millones de euros.
Esos costes tendrán que ser cubiertos a tres partes, el Gobierno de Japón, el COI y las autoridades de Tokio.
A todo ello hay que agregar las compensaciones que tengan que pagarse por la villa olímpica y las sedes. Aunque es un cálculo aproximado, el diario Nikkei cifra, en total, el costo adicional por aplazar en un año los Juegos será de unos 2.490 millones de euros. El ministro portavoz del Gabinete nipón, Yoshihide Suga, dijo que las “cosas pendientes” como los gastos se tendrán que definir entre las tres partes implicadas. Una cosa, por lo menos, se ha ahorrado el comité organizador, porque no tendrá que cambiar papelería, insignias ni logos, ya que los Juegos seguirán llamándose Tokio 2020, aunque se hagan en 2021. AGUSTÍN DE GRACIA (EFE)