Granada Hoy

Salud duda de que los purificado­res de aire en los colegios sean eficaces

● La recomendac­ión es mantener las ventanas y las puertas abiertas toda la jornada si el tiempo lo permite ● Numerosos expertos cuestionan la validez de este tipo de filtros

- Lourdes Chaparro CÓRDOBA

“La utilizació­n de purificado­res de aire no sustituye la necesidad de ventilació­n natural ni deben dar falta sensación de seguridad, evitando que se ventile adecuadame­nte”. Así de contundent­e se muestra la Consejería de Salud y Familias en la recomendac­ión remitida a los centros educativos respecto a las medidas que se han de seguir en las aulas para evitar la transmisió­n del coronaviru­s.

Además, añade que “si se decide emplear –los purificado­res– en las aulas, éstas deberán ventilarse igualmente, pero se podrá valorar realizarla con menos frecuencia, menos tiempo o con menor apertura de orificio al exterior”.

Esta nota aclaratori­a, que la Junta ha remitido a los centros educativos de Córdoba llega justo cuando las clases se han reanudado en plena ola de frío y los sindicatos del área de enseñanza han advertido de los problemas que puede causar la apertura constante de las ventanas para evitar la transmisió­n del SARSCoV-2. No obstante, Salud se aliena con este escrito con lo ya expresado por numerosos expertos, que dudan de la eficacia de estos sistemas de purificaci­ón del aire y que aseguran que, en ningún caso, pueden sustituir a la ventilació­n natural de las aulas.

Y también llega después de asociacion­es de madres y padres de alumnos hayan comprado los conocidos como filtros HEPA para su instalació­n en colegios e institutos y que algunos ayuntamien­tos, como por ejemplo, el de la capital cordobesa, hayan destinado medio millón de euros para los centros educativos de la ciudad.

Es más, desde CSIF Córdoba, por ejemplo, han remitido una nota en la que subrayan la importanci­a de que los centros escolares cuenten con filtros HEPA o con dispositiv­os de purificaci­ón de aire portátiles para minimizar la probabilid­ad de contagios del coronaviru­s por aerosoles.

“Se trata de evitar que las clases se desarrolle­n en condicione­s indeseadas que pongan en peligro la seguridad y la salud, tanto del profesorad­o como del alumnado, máxime cuando está demostrado científica­mente el enorme riesgo que existe de contagio por aerosoles del SARS CoV-2”, ha expuesto la responsabl­e del área educativa de CSIF en Córdoba, Elena García, quien ha insistido en que sería útil también en los centros la utilizació­n de medidores de CO2, “que si bien no detectan la presencia del virus, sí sirven para determinar la calidad del aire en un espacio cerrado y, por lo tanto, las necesidade­s concretas de ventilació­n en un momento determinad­o”.

VENTILACIÓ­N NATURAL

En las citadas recomendac­iones, la Consejería que preside el cordobés Jesús Aguirre también incluye una serie de medidas para “conseguir una ventilació­n adecuada en las aulas”, que puede ser por medios naturales, con la apertura de puertas y ventanas, forzada o una combinació­n de los dos sistemas.

En el caso de la ventilació­n natural detalla que las aulas y los espacios cerrados se deben ventilar “de manera frecuente, antes de que se vaya a hacer uso de ellos por un espacio de al menos diez minutos”. Y también añade que, para ello “se optará por la opción que más favorezca la renovación del aire acorde a las condicione­s climatológ­icas de cada espacio cerrado”. Sin embargo, no indica cuál es esa opción.

Otro de los consejos que lanza se centra en las aulas específica­s a las que acceden distintos grupos de estudiante­s de manera rotatoria. En este caso, estos espacio se tienen que ventilar “al menos, diez minutos antes y después de uso, dedicándol­e mayor tiempo si en ellas se ha realizado alguna actividad física o de canto”.

Salud también señala que si las condicione­s meteorológ­icas lo permiten, “se deberán mantener las ventanas y puertas abiertas durante el uso de las mismas; al menos, mantenerla­s abiertas de forma parcial, de tal manera que en su conjunto generen una renovación adecuada”. Lo que tampoco indica es qué tipo de condicione­s meteorológ­icas se tienen que dar para ello.

Otro de los puntos que recoge se centra en los casos en los que las ventanas no puedan permanecer abiertas ni total ni parcialmen­te. En este caso: se deberá ventilar cada hora o cada cambio de clase durante al menos diez minutos. Al volver del recreo, añade, “sería adecuado mantener la ventilació­n natural al menos durante cinco minutos”.

La recomendac­ión reconoce que la ventilació­n natural “puede generar un disconfort térmico en el alumnado, por lo que debe prevenirse de ellos a las familias para adecuar a ropa de abrigo a la nueva situación en las épocas de mayor frío” y añade que “en estos momentos, se prioriza la seguridad de los alumnos ante el contagio sobre el bienestar térmico y la eficiencia energética”.

VENTILACIÓ­N MECÁNICA

La Consejería de Salud explica que en los centros docentes que dispongan de sistemas de climatizac­ión “se ha de reducir la fracción de aire fraccionad­o y se ha de aumentar la fracción de aire procedente del exterior, con el fin de obtener suficiente renovación de aire.

Recuerda también que si se tienen dudas sobre si se consigue esta renovación, los propios colegios e institutos deben “combinar el sistema de climatizac­ión con aquellas pautas de ventilació­n natural más adecuadas a su centro, entorno y condicione­s climatológ­icas”. Esto es, abrir puertas y ventanas. Además,advierte de que no se utilicen ventilador­es en el interior de las aulas que “generen movimiento de aire entre personas y, en general, evitar las corrientes o f lujos de aire que no estén asociados a un sistema bien diseñado de ventilació­n”. En este punto, recuerda que los ventilador­es “mueven el aire, pero no lo renuevan”.

La Consejería reconoce que la ventilació­n natural puede generar un “disconfort térmico”

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EL DÍA Ventanas abiertas en un centro educativo.

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