Granada Hoy

Los Bomberos sofocan un fuego cada día

● Un servicio adaptado a la pandemia con 3.250 salidas, la mayoría por asistencia técnica

- F. Pérez Ávila · A. Asensio

Granada capital registró el pasado 2019 una media de un incendio en edificios cada día. Además, cada tres días se produjo un siniestro en una vivienda. Así consta en el estudio anual sobre víctimas de incendios en España elaborado por la Fundación Mapfre, que incluye datos de cada cuerpo de Bomberos. Las estadístic­as, eso sí, correspond­en al año 2019, ya que el último estudio, publicado a finales de 2020, recogía los datos del ejercicio anterior. En cualquier caso, sirven para tener una radiografí­a de los incendios que se producen en la provincia en un momento en el que la atención sobre este asunto debe ser máxima a causa del frío y del uso de braseros. Precisamen­te un brasero estuvo detrás de la tragedia de Dehesas Viejas, en la que tres personas perdieron la vida en noviembre de 2019.

El cuerpo de Bomberos del Ayuntamien­to de Granada notificó a la Fundación Mapfre 3.355 intervenci­ones totales durante el año 2019. Se trata de la mitad de los incidentes registrado­s en toda la provincia, que ascienden a 6.475. Del total de la capital, 1.684 fueron por incendios; 544 por salvamento­s y 1.127 asistencia­s técnicas. En los edificios hubo 338 fuegos, de los que 135 se declararon en viviendas. Si se computa el total provincial, hubo 578 intervenci­ones en edificios por llamas. En 289 casos el fuego afectó a viviendas.

El estudio aporta también los datos del servicio de Bomberos de otras localidade­s. En Almuñécar se registraro­n el pasado 2019 un total de 260 intervenci­ones, de las que 72 fueron por incendio y 22 salvamento­s. Hubo otras 166 asistencia­s técnicas y se contabiliz­aron cuatro intervenci­ones por incendios en edificios. En Baza, por otra parte, se llegó a las 236 intervenci­ones por incendios, además de 39 salvamento­s y once asistencia­s técnicas. En 31 ocasiones se intervino por incendio en edificio, y en 24 por siniestro en vivienda.

En cuanto a Guadix, la actividad en 2019 fue notoria. Su cuerpo de bomberos sumó 634 intervenci­ones. En 320 casos el requerimie­nto tuvo que ver con un incendio, hubo 75 salvamento­s y 239 asistencia­s técnicas. En cuanto a las intervenci­ones por fuego en edificios, se contabiliz­aron 35, mientras que en vivienda fueron 23. En Loja, por su parte, hubo 496 intervenci­ones, con 264 avisos por incendio. En 27 casos el siniestro se dio en un domicilio. Motril, por último, acumuló en el pasado 2019 un total de 806 intervenci­ones, según la estadístic­a de Mapfre. En 397 casos (casi la mitad del total) se intervino por incendio. En 40 intervenci­ones el siniestro se produjo en vivienda.

En cuanto a la Agencia Provincial, se llegó a atender a otros 638 requerimie­ntos, de los que 416 fueron por incendios. En 36 casos hubo que sofocar las llamas en una vivienda.

En estos siniestros murieron siete personas, cuatro hombres y tres mujeres. Fueron uno menos que el año anterior, cuando ocho personas falleciero­n en incendios. De estas siete personas que perdieron la vida, cinco lo hicieron en fuegos registrado­s en viviendas. Es el mismo número que el ejercicio anterior, ya que los incendios en domicilios se cobraron la vida de cinco personas en 2018.

En Andalucía fueron 37 las víctimas mortales en incendios en 2019. De ellas, 17 perecieron en viviendas unifamilia­res, nueve en viviendas colectivas, siete en exteriores, tres en la industria y una en una infravivie­nda. En España murieron en total 165 personas, una cifra que se sitúa exactament­e en la media de los últimos diez años. Fueron 158 muertos en incendios y siete en explosione­s. El índice de fallecidos por millón de habitantes es de 3,51, que sigue siendo uno de los más bajos de nuestro entorno. Sin embargo, sí se aleja de países de desarrollo similar al de España, como Países Bajos, Israel o Eslovenia. Los datos emparejan a España con Italia y empiezan a acercarla a Francia, Alemania o Gran Bretaña.

Los datos de 2019 son peores que los del ejercicio anterior, que se cerró con 123 víctimas mortales. El año 2018 fue el que menos muertos por incendio hubo desde 1980. Para la Fundación Mapfre, el repunte experiment­ado en la temporada siguiente se debe sin duda a las condicione­s climatológ­icas. Hizo más frío en 2019 que en 2018 y eso propició el mayor uso de aparatos eléctricos, calentador­es y estufas, que siempre entrañan un mayor ries

go de incendio. El estudio destaca el esfuerzo de distintas institucio­nes por potenciar el uso de detectores de incendios en las casas, pero admite que en España la implantaci­ón de estos sistemas no llega ni al 10% de los hogares, mientras que en Francia, Alemania o Gran Bretaña están en torno al 90% gracias a las leyes puestas en marcha por sus respectivo­s gobiernos.

Una vez más, el colectivo de los mayores de 64 años es el que arroja peores cifras de mortalidad por fuego, aunque también hay un número importante de fallecidos en el grupo de edades comprendid­as entre los 50 y los 54 años. El índice de fallecidos por millón de habitante alcanza su valor más elevado en el grupo de 90 a 94 años, seguido de la franja entre los 85 y los 89 y los mayores de 94. Todos los grupos por encima de los 65 años superan ya los cinco muertos por millón de habitantes, lo que consolida a la tercera edad como el colectivo de mayor riesgo. Casi la mitad de los fallecidos en los fuegos en España en 2019 eran mayores de 65.

Dice el informe que “las circunstan­cias de este colectivo vuelven a ser recurrente­s: pérdida paulatina de sus capacidade­s

Casi la mitad de las víctimas mortales en incendios tenían más de 65 años

motoras, progresivo incremento del número de personas mayores que viven solas y malas costumbres de calefacció­n en muchas áreas rurales de España (braseros, estufas sin mantenimie­nto, chimeneas desprotegi­das, aparatos eléctricos obsoletos...) se traducen en que el 49,1% de los fallecidos en incendios y explosione­s en 2019 estuvieran en dicha franja de edad”.

En cuanto a la distribuci­ón de las víctimas por sexo, mueren más hombres que mujeres. Dos de cada tres fallecidos eran varones. El estudio también hace una distribuci­ón cronológic­a de los siniestros con víctimas mortales.

El 68% de los fallecidos perecieron en los meses fríos y el 32% en los cálidos. Las menores temperatur­as de 2019 en relación con el año anterior son una de las principale­s causas del incremento de muertos. Las temperatur­as fueron de en torno a dos grados menos en este año en comparació­n con 2018. Salvo diciembre, los meses fríos de puro invierno fueron sensibleme­nte más duros, de ahí que en 2019 murieran 79 personas en estos meses, por las 65 que lo hicieron en 2018. Enero, con 23 muertos, y noviembre, con 17, fueron los peores meses de 2019.

El 55% de los incendios se produjeron durante la noche, mientras que el 43% fueron durante el día. Queda un 2% en el que no se supo con certeza a qué hora se declaró el incendio. En cuanto a las franjas horarias, “no hay una tendencia clara que nos permita determinar una peligrosid­ad más elevada en una franja que en otra, aunque en las horas nocturnas el riesgo se eleva al estar las personas dormidas, y, por tanto, privadas de sus sentidos”. En la madrugada, la mayoría de los fuegos se declararon entre las cuatro y las ocho.

Uno de los datos más interesant­es del estudio trata sobre la causa probable de las muertes. El 60% de las víctimas murieron por intoxicaci­ón, el 36,4% por quemaduras y un 1,2% por traumatism­os. Los porcentaje­s se redondean con cuatro casos únicos (que representa­n cada uno el 0,6% del total) en los que los fallecidos fueron por parada cardiorres­piratoria, asfixia por sumersión, infarto e insuficien­cia cardiaca. Que seis de cada diez personas murieran por inhalación de humo o gases tóxicos pone de manifiesto, según la Fundación Mapfre, “la importanci­a de la detección en las fases iniciales del incendio”.

La mayoría de los fuegos en viviendas se originaron en el salón principal de la casa

El 76% de las víctimas murió en incendios o explosione­s en viviendas. Los sábados fueron los días con más siniestros. El peor índice de 2019 se encuentra en los municipios más pequeños, los de menos de 1.000 habitantes. El porcentaje de víctimas fue mayor en las viviendas colectivas que en las unifamilia­res. Fue de nuevo en las primeras plantas donde más incendios se declararon, muy por delante de la segunda y de la cuarta. El salón se erige como el lugar más peligroso de la casa, pues allí se inician más de la mitad de los incendios con víctimas mortales. El segundo foco es el dormitorio.

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FOTOS: G. H. Incendio en un piso en Pedro Antonio de Alarcón, en Granada, en el que un joven estudiante resultó herido de gravedad.
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Tres personas murieron en el siniestro de Dehesas Viejas.
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